Después de Sichuan...

Han pasado muchos días desde la última vez que escribí en este blog. Han pasado muchas cosas, quizá demasiadas para poder asimilarlas así, sin más. Ruego que me perdonéis esta ausencia pero no he tenido tiempo, ni ganas, ni vida para escribir. Ni siquiera lo he tenido para pensar en Lucas y Sara. Mi existencia durante estos 10 días se ha limitado a mi trabajo. Esta vez duro y cruel. Tanto como para dejarme exhausta física y mentalmente. 10 días de muerte y más muerte. Desolación. Tristeza. Llanto. 50.000 personas fallecidas por el terremoto que ocurrió en Sichuan (China) el 12 de mayo a las 14.28. Y yo tuve que estar allí, con la cabeza alta, mostrándole al mundo la crueldad de nuestra madre tierra.

Soy periodista, seguro que algunos ya lo sabéis y vivo en China, concretamente en Pekín, así que nada más sentir el temblor bajo mis pies cogí el primer avión hacia Chengdu con mi equipo y allí he estado hasta hace un par de días. No voy a explicar lo que he sentido ni lo que he vivido, este no es el lugar ni el momento, para eso tengo un blog personal. Pero sólo quería deciros que ni siquiera he podido ver los últimos capítulos de la serie con la intensidad y la magia que se merecen. Los he visto por encima, sin prestar atención, intentando olvidar la tristeza que me embargaba... pero ni así. Ni se fue la tristeza ni disfruté de mis Pacos.

       

Necesitaré unos días para recuperar el ritmo y ponerme a escribir sobre Lucas y Sara. Ahora, lo único que puedo hacer es descansar y pensar que quizá mi trabajo haya valido para algo más que subir los índices de audiencia de mis cadenas de televisión.

Así es el destino. Cuando tendría que disfrutar de ver a mis niños juntos, hacer mil vídeos, mil fanfics, miles y miles de entradas en el blog... no puedo. Después de ver lo que he visto soy incapaz. Perdonadme.