Hace apenas 10 minutos que ha terminado el capítulo pero tengo muy claro, clarísimo, lo que siento: hastío, inquietud, frustración, miedo... Eso y mucho más. Es bien cierto que todos ya lo sabíamos, Lucas iba a salir menos en la serie, un par de capítulos y chim pum! desaparecido en combate hasta próximo aviso. Todos lo sabíamos. Sí, claro, pero había algo para lo que no estaba preparada. Una cabecera (o intro) sin Lucas, sin una imagen de Lucas, sin un sólo plano, NADA. Pero no sólo eso. Ni siquiera su nombre en los títulos de crédito de la intro oficial, ni un insignificante "con la colaboración de Hugo Silva"... NADA. (CORRECIÓN: Sí sale en los títulos de crédito cuando empieza el capítulo pero no en la intro!!! grrrrrr) Y eso mi gente, ha sido el mazazo del día. Aún, casi dos horas después aún no me he repuesto del shock.
Ocurre igual que cuando alguien a quien amas se va y sólo eres consciente de ello cuando ves su habitación vacía... Es en ese momento cuando sabes que se ha ido de verdad, y que ya no volverá. Puede que lo haga, claro, quizá dentro de dos o tres capítulos, pero ya no será lo mismo porque su habitación seguirá estando vacía. Solitaria... Pero llena de recuerdos. Ay... y duele eh? porque lo sabíamos desde hace meses aunque no quisiéramos creerlo. Nuestro Lucas, mi Lucas, el amor de nuestra Sara... él nos estaba diciendo adiós pero no queríamos escucharle, ni verle... Ahora no nos queda más remedio aunque yo no tenga la suficiente fuerza como para devolverle el saludo. Porque no puedo, porque no quiero. No me da la gana.
Y no le odio por desaparecer, por lograr su sueño. ¿Cómo podría? Yo, como Sara, también le hubiera animado a cumplirlo costase lo que costase. Aunque fuese a miles de kilómetros, aunque eso significase gastar cientos de euros en mensajes y billetes de avión... ¿Cómo podría odiarle por eso? Lo que no le perdonaré nunca, jamás, es que no se haya llevado a Sara consigo. No puedo... Porque esta serie sin Lucas y Sara no es lo mismo. Hubiera preferido mil veces que los dos dejaran la serie para siempre que esto... Porque este cuento de hadas no puede acabar así, inacabado, cojo. Porque nos vendieron la luna, el sol y las estrellas. Las tuvimos en nuestras manos y ahora sólo nos queda su reflejo en la ventana... Sus recuerdos.
Como a él, esto se me queda grande, el amor que se tienen estos dos me supera, me puede, me gana. Y porque se va a acabar, porque sin ellos dos en la pantalla cada martes este blog no tiene sentido. No habrá nada más que contar, ni que sentir. ¿O acaso piensan que soportaría algún devaneo de Sara con Aitor o Montoya? Ni de broma. "He estado 18 años enamorada de tí, ¿crees que porque te vayas varios meses te voy a dejar? " Todos sabemos que no, yo, tu, Nur, Lys, Giovanna, Kris... TODOS y TODAS. Porque este cuento de hadas no morirá jamás por mucho que los guionistas se estrujen los sesos para dar morbillo al asunto. Porque hasta lo ha dicho Paco, nada puede con este cuento, ni Carolina, ni el CNI, NADA.
Es curioso. Cuando los he visto en aquella cama como marido y mujer no se me ha movido nada por dentro, ni tampoco en la escena del montacargas. Estaba en shock, sabía que era simple miel para nosotras las abejas. Para dejarnos contentas ante la marcha. Era como si fueran extraños o, todo lo contrario, como hubiera estado más que acostumbrada a verlos así. Pero, ¿y la mirada a través del cristal cuando hablaba con Salgado? o el encuentro de miradas posterior? O los ojos de Lucas hablando de lo grande que es su amor por Sara? O la mirada de Sara cuando se entera de la verdad? y sus lágrimas cuando se está despidiendo de sus amigos?? Eso, ESO es lo que ha movido nuestros sentimientos desde hace siete años. Y eso es lo que vamos a echar de menos. Habrá llamadas, y mensajes sensuales, quizá puede que también lágrimas de extrañeza. Pero Carolina del Norte y San Antonio están muy lejos y aunque son los dioses más bellos que ha creado la televisión, sus miradas no pueden atravesar tantos kilómetros por mucho que atraviese nuestros corazones. Porque este cuento a tocado a su fin y nada volverá ser como antes. Y duele, vaya si duele.
La última imagen del amor verdadero fue la sangre de Sara en el altar y ni tan siquiera hemos tenido las respuestas a ese momento, ni mucho menos la reacción de Lucas tras el desmayo, pero, por qué??? Cuántas veces hemos visto a Sara sufrir por él?? Cuántas?? Nos pusieron la miel en los labios para quitárnosla después a restregones. No es justo. Hubiera preferido que el descapotable granate se hubiera perdido por el desierto, sin rumbo fijo, dejando tras de sí una estela de polvo y arena. Eso hubiera sido un final feliz. No esto.
Y ahora qué? me pregunto. Comencé a escribir de nuevo con la esperanza de renovar las ilusiones de algo que creció dentro de mí hace mucho tiempo. Lo intenté pero después de lo de hoy no tengo más remedio que abandonar. Lucas y Sara ya no forman parte de Los Hombres de Paco. Se acabó. Ni trío calavera ni encuentros en la corrala. Por no tener, no tenemos ni Los Cachis. Ahora es un bar modernetis con lamparitas Ikea y una barra azul eléctrico... Dios mío. Qué sacrilegio. En eso consisten los lavados de cara no? Nuestra serie ha vuelto a sus inicios con ese humor tan maravilloso con el que me he partido de risa pero, qué puedo decir?? pues que cojea, vaya si cojea. Sin Lucas no hay Pacos. Sin Lucas y Sara no hay magia.
Pero no estemos tristes vale? Hagamos una cosa: anclémonos en los preciosos recuerdos que hemos compartido durante estos años. Al fin y al cabo son esas imágenes, esos sentimientos los que han hecho inmortal este maravilloso cuento de hadas.
Nuestro cuento.