31 de diciembre de 2007

Aquel fin de año (IV)

Tras brindar por lo imposible con mi amado ángel de guarda, Mariano se acerca a compartir el brindis con nosotros. "Vaya Sarita, estás muy guapa, pero guapa, guapa, verdad Lucas que la niña está preciosa?" Él le mira con cariño percibiendo un par de copas de más en su tono de voz y yo, como una princesa, respondo al piropo con una vuelta sobre mi misma para enseñarle mi estupendo vestido. Ahora es Lucas quien me mira a mi de la cabeza a los pies absorto en unos pensamientos que no puedo llegar a descifrar. "Ejem, Lucas, Lucas? Me estás escuchando? Paco quiere que brindemos antes de que den las 12, apenas quedan 15 minutos!" grita Mariano ante la ensoñación de Lucas. "Ejem, sí, sí vamos, vamos" logra balbucear Lucas dándome la espalda con brusquedad y acercándose a mis padres.


De nuevo sola decido sentarme en el sofá a solar y observar a mi alrededor. "Cuando soñamos juntos, el sueño se puede convertir en realidad" Yo llevo años soñando con Lucas. Despierta y dormida. He pasado tantas noches mirando al techo imaginándome mil historias juntos que sería incapaz de recordarlas todas. Siendo más pequeña pensaba que él era mi fiel guardián y que juntos recorríamos un mundo lleno de aventuras. Jamás le besaba ni pensaba en él de una forma romántica. Era demasiado inocente y virginal así que prefería imaginarme con él durmiendo bajo las estrellas, abrazados, sin que nada en el mundo pudiera acabar con nosotros. Pero los sueños cambiaron con la edad y la inocencia se perdió en el camino.

Fue el día de la boda entre Lucas y Silvia. Había estado todo el día de mal humor y gruñendo contra todo aquel que se acercaba a mí. La noche anterior había dormido fatal así que decidí echarme un rato e intentar recuperar el sueño. Fue el momento en el que todo cambió. Yo corría y corría por un bosque frondoso, apenas podía moverme entre la maleza y mi respiración era muy agitada. No cesaba de gritar "Lucas! Lucas! Lucas!" La luz era escasa. No sabía si alguien me perseguía o si buscaba a Lucas. Sin parar de correr me cubrí la cabeza con los brazos al pasar por un enorme sauce y, de repente, todo fue luz. Aparecí en un enorme claro en medio del bosque y una luz cegadora me obligó a detenerme. Cuando mis ojos se adaptaron al sol vi en medio del prado a Lucas, de pie, cogido de la mano de Silvia. Ella sonreía pero no Lucas. "Lucas? Silvia? qué hacéis aquí?" Ninguno me contestó. Me quedé quieta a 20 metros de ellos, no podía moverme y llamé a Lucas. No hubo respuesta. Me eché a llorar "Lucas!!!" grité con toda la fuerza que pude. Él me miró fijamente y comenzó a andar hacia mi soltando poco a poco la mano de Silvia. Ella estaba furiosa y no paraba de hablar y hablar, sin embargo, yo no podía oírla. "Sara" susurró Lucas acercándose a mi. "Lucas..." contesté. Frente a frente nos miramos fijamente a los ojos. Cómo brillaban. Nunca le había visto así. Él me cogió de la barbilla con suavidad, me acarició el rostro, los labios, el pelo, el cuello... cerré los ojos ante su tacto y aspiré su aroma. Era tan real. Sentí sus labios cálidos sobre los míos y saboreé su saliva, su piel... Me abracé a él con fuerza mientras el beso se prolongaba durante una eternidad. Quise mirarle y abrí los ojos, allí estaba... con su frente sobre la mía y esa sonrisa. "Te quiero".. susurró. Fue entonces cuando desperté.

Nada había sido igual desde entonces. Algo me quemaba por dentro, algo tan fuerte que no podía controlar. Y cuando Lucas y Silvia se dieron el sí quiero a escasos metros de mi yo hubiera dado la vida porque se me hubiera tragado la tierra o por tener las fuerzas necesarias de salir corriendo y no volver a verlos nunca más. Pero fue imposible. Al menos una vez a la semana venían a casa a comer con nosotros y, para colmo, los sueños también habían aumentado a partir de ese primer beso, de esa primera revelación... Los primeros meses fueron todo besos y carantoñas, sobre todo por parte de Silvia, y claro, yo, al otro lado de la mesa no probaba bocado. Adelgacé tanto que hasta mi madre se preocupó por mi estado. Lo achaqué a la edad y las clases. No sé si alguna vez me creyó.

Su separación fue mi salvación. Dejaron de venir a casa y cuando venían estaban insoportables. Me odiaba por sentirme feliz con sus desdichas pero no podía evitarlo. Con el divorcio mi vida volvió a la normalidad, sí, pero sin Lucas. "Sara, estás bien?" oigo que me dice mi madre sentada a mi lado en el sofá del salón. "Estabas en las nubes hija". "Sí, lo siento mamá, estaba pensando en al fiesta de esta noche, sabes? vendrá Dani y lo podréis conocer" exclamé para que fuera bien oido por todos. Los dos hombres de mi casa se acercaron al sofá. "Dani, quién es ese Dani?" añadió mi padre con cara de pocos amigos secundado con Lucas que había fruncido el ceño y masticaba con mucha lentitud el canapé. "Es un amigo especial del cole, saldré con él y Nuria esta noche. Vendrá a buscarme dentro de un rato" Todos se quedaron el silencio menos mi madre que hasta parecía contenta ante mi nueva adquisición. "Muy bien hija, muy bien" exclamó preparando las uvas para los presentes.

Entre ensoñaciones y revelaciones se había pasado el tiempo volando y apenas quedaban un par de minutos para las 12. Nos colocamos frente a la televisión con la uvas en una mano y la copa de champán lo más cerca posible. Lucas estaba colocado justo frente a mi, al lado de Mariano y mi padre. Mi madre, Silvia y mi abuelo me franqueaban. Todo era algarabía y nervios a mi alrededor pero para mi sólo había silencio. El silencio más absoluto. Comenzaron a sonar las campanadas y miré fijamente a Lucas que intentaba, sin éxito, seguirle el ritmo a Mariano para evitar poner sus ojos en los míos. Algo había en ellos que no podía descifrar.. algo nuevo que tenía que ver conmigo y con nuestro encuentro en la puerta.

Sonaron las doce campanadas, cerré los ojos y pensé en aquel prado, en aquel beso y en Lucas.

"Que en alguno de los próximos 365 días que me esperan, Lucas roce sus labios con los míos, que empiece a amarme y por fin se de cuenta de que soy yo y nadie más quien le amará para siempre"


(Y así fue)

.....


A TODOS LOS QUE ME LEÉIS CADA DÍA!

30 de diciembre de 2007

Bravo! Bravo!

Como se nota que faltan 10 días para los Pacos. Las revistas juveniles vienen CARGADITAS de fotos y noticias de nuestra serie preferida. Aquí os dejo lo último! Gracias a Julia88 que lo ha colgado en el foro de el otro lado.

Dios mío... pero qué guapos están nuestros protagonisas!! Y que quede claro que lo digo por LUCAS y SARA que el Tortilla es un secundario de pacotilla... illa... illaaaa!!



"Celosilla, celosilla"... Hoy toca el "illa" y que quede claro que Sara utiliza un DIMINUTIVO para referirse a los supuestos celos que tendrá de Carlota. Jeje, celillos de pacotilla, como el tortilla!


Y el musical!! Ojo al súper paso de Sara y Lucas... Acaso Aitor está bailando con alguien??? Nooo! Qué pena verdad?


Ayyyyy, estoy contenta muuuy contenta porque ya no queda nada chicos y chicas! Espero que el nuevo año que entra mañana nos depare muchísima lluvia. Nos la merecemos!

29 de diciembre de 2007

Aquel fin de año (III)

"Mi ángel ya ha llegado... Te quiero, te quiero, te quiero"

Esta de espaldas a la puerta pero se gira en cuanto oye el crujido de la puerta. Sus ojos se posan en mi cara, en mi cuello, en mi pecho, en mi cintura y así, despacio, hasta acabar en mis pies y de nuevo en mis ojos. "Sa...ra? Eres tú?" dice a trompicones. "Hola Lucas...sí, soy yo, Sara". Ambos nos miramos fijamente durante segundos sin decir nada. Ni una palabra. En momentos así sobran las palabras y todo desaparece. Él por la sorpresa que acaba de encontrar en el umbral de la puerta. Esperaba a su niña pero se ha topado con una mujer. Y yo, qué puedo decir? Una sola mirada de los ojos me lo ha dejado todo claro y me tiemblan las piernas sólo de pensarlo... Enamorada de mi tío... yo... Mis padres me van a matar. Sí, son ellos mismos los que vuelven a gritarnos desde el salón, esta vez con reiteradas amenazas de dejarnos sin uvas, rompiendo la magia del momento "Pero no te quedes ahí pasmado, pasa, pasa.", susurro con sonrisa tímida.

La tensión se palpa en el ambiente. Hace un año me hubiera tirado a sus brazos, hoy ni siquiera me atrevo a tocarle. Él mucho menos a mí. Nos acercamos torpemente y me da dos besos en mis cálidas mejillas. Lleva su chupa de cuero y su olor llega hasta lo más profundo de mi cerebro provocándome un débil mareo. Para mi asombro, ha añadido unas gotitas de perfume y una camisa blanca de vestir, dos detalles que me ayudan a romper el hielo. "Vaya, estás muy elegante Lucas..." añado algo más divertida. "Qué va... en cambio tú, estás preciosa, madre mía, ya eres toda una mujer" contesta sin dejar de tocarse el pelo, algo más corto que la última vez que lo vi. No puedo evitar ruborizarme y mirar al suelo tímidamente. Otro grito de mi madre desde el salón nos saca del ensimismamiento y ante el susto que nos llevamos los dos nos echamos a reír. De nuevo, todo vuelve a ser como antes y, sintiéndome como una princesa que acaba de conquistar a su príncipe le cojo de la mano y le guío hacia donde se encuentra el resto de la familia.

Su mano rodea la mía con ternura y calidez mientras recorremos el pasillo de la casa. Con los tacones soy casi tan alta como él y puedo notar su mirada fija en cada centímetro de mi cuerpo. Al momento aparecemos en el salón y sin soltarnos de la mano saludamos con un "¡Hoolaa!" al resto que nos ignora mientras charla alrededor de la mesa del comedor. Al oír nuestras voces todos se giran a la vez y, al vernos, se hace el más absoluto silencio. Sus ojos pasan de mi a Lucas y viceversa, luego a nuestras manos entrelazadas y de nuevo a cada uno de nosotros. Ante la situación nos soltamos de la mano y comenzamos a repartir besos y abrazos a diestro y siniestro.

Sin dejar de observar la reacción que puede provocar el reencuentro entre Lucas y Silvia, aguanto estoicamente los piropos de todos los miembros de mi familia, las buenísimas críticas sobre mi vestido además de mil y una preguntas sobre un posible novio que les quite de la cabeza la imagen que acaban de presenciar. Sobre todo de mi padre que amenaza con no dejarme salir tan guapa a la calle. "A ver si voy a tener que ir Lucas de guardaespaldas para que no te me roben mi niña..." grita mientras engulle una gamba gabardina. Mi madre carraspea, también mi tía... y yo no ceso de preguntarme ¿qué está pasando? Ante la reacción de las esas dos víboras, mi padre se pone serio y prosigue: "Bueno, quien dice Lucas, dice Mariano o yo mismo! Porque Lucas tendrá otras cosas que hacer esta noche, digo yo... Para que va a acompañarte a , no es verdad?" Ya... ahora lo entiendo. Hasta ellos mismos se han sorprendido al vernos juntos. ¡Pues que se vayan acostumbrando!

Una enorme sonrisa cubre mi rostro mientras me dirijo, contoneándome, a por una pequeña copa de champán. Tras beber un sorbo miro a Lucas y le sorprendo desviando la vista ante mi mirada. Sonrío cómplice y me acerco a él: "Sabes tito? Creo que me estoy haciendo demasiado mayor para tener guardaespaldas pero, si quieres, puedes venirte luego conmigo, salgo con unos amigos y seguro que...". "Hola parejita". Ahí está de nuevo Silvia en escena para fastidiar el momento y encima con rintintín. "Lucas, puedo hablar contigo un segundo?" dice. Me apoyo en la pared, pongo cara de póker y le doy otro traguito al champán esperando que Lucas vaya como un corderito detrás de la pelirroja. "¿Tiene que ser ahora Silvia? Está todo dicho, además, es Nochevieja y estamos en casa de tu hermana, déjalo estar, vale?" contesta él. No puedo evitar sorprenderme. Su voz suena tranquila, serena, sin un ápice de rencor o molestia. Como si su exmujer fuera una amiga más, una conocida por la que no siente ni sintió nada. La cara de Silvia es un poema e incluso parece más asombrada que yo. "Vale, de acuerdo", añade con una sonrisa falsa alejándose de nosotros.

"Pasa algo?" me pregunta Lucas al ver mi cara de asombro ante el giro de la conversación con Silvia. "No, nada, bueno sí... ehm... no sé, estás distinto, me refiero con Silvia, más... cómo lo diría? Más tranquilo?" contesto lo más bajo que puedo para evitar miradas intrusas. Tras ahogar un lento suspiro añade,"Lo pasado pasado está Sarita, la vida sigue y yo lo mío con tu tía lo superé hace tiempo aunque no sé si ella puede decir lo mismo...". Ambos miramos a Silvia que nos observa con cara de odio. "Me alegro mucho tito...digo, Lucas, en serio, me alegro muchísimo que estés bien, y yo que pensaba que era imposible que volviérais a llevaros bien!" dije mirándolo con dulzura manteniendo la copa de champán al nivel de mis labios. "Ya... bueno, alguien muy especial me dijo una vez que en esta vida no hay nada imposible..." Me quedé petrificada, era la misma frase que le había puesto en el mensaje que le había enviado horas atrás!! Lucas me dedicó una de esas cálidas sonrisas, con esos labios tan sensuales torcidos hacia un lado y brindó conmigo. "Por lo imposible", exclamó. "Sí, por lo imposible!"



Y ahí, brindando con el amor de mi vida me sentí como aquel día bajo la lluvia... segura y protegida. Pero algo había cambiado, ya no era una ninguna niña y en ese momento, mirándole a los ojos mientras el champán recorría nuestras gargantas me juré a mi misma que tarde o temprano Lucas se enamoraría de mí y seríamos felices porque cuando soñamos solos, sólo es un sueño. Pero, cuando soñamos juntos, el sueño se puede convertir en realidad.

28 de diciembre de 2007

Aquel fin de año (II)

Mantuve la llama de su mechero encendida hasta que la rueda ardía de calor. Me mojé el pulgar con la boca para aliviar el dolor de la quemadura y cerré los ojos. Existía otro dolor mayor en mí que apenas me permitía respirar. Agudicé mis sentidos. El rumor de los vecinos del bloque se escuchaba a lo lejos mezclado con una tenue llovizna que repiqueteaba en los tendederos del patio de luz. Lluvia. Adoraba la lluvia. Su olor, el tacto húmedo sobre mi piel y los recuerdos que me evocaba.


...Una fiesta de cumpleaños, hace mucho, mucho tiempo. Mi padre me tenía cogida en brazos mientras me preparaba para soplar con ímpetu las velas de la tarta. A mi lado estaba Tomás y al otro, mi madre. Los miré a todos mientras meditaba qué deseo pedir y, sin pensarlo, mis ojos se posaron en los de Lucas, vestido de policía, que sonreía muy contento al otro lado de la mesa: "Vamos princesa, pide un deseo, pero no lo digas en voz alta que entonces no se cumplirá", me dijo. Yo asentí con la cabeza devolviéndole la sonrisa y cerré los ojos: "Quiero ser tan mayor como Lucas para poder estar con él a todas horas". Los abrí de golpe y soplé las velas con tanta fuerza como pude. Todos a mi alrededor me besaron y abrazaron deseándome feliz cumpleaños. Todos menos Lucas que se quedó de pie observando la escena con ternura. Cuando ya todos se habían cansado de darme achuchones y pellizcos en los mofletes, él se acercó a mi... Fue entonces cuando empezó a llover. Mis padres, al verme con Lucas corrieron tranquilos a refugiarse donde pudieron mientras Silvia no dejaba de gritar "Vamos, Lucas, te vas a mojar!!". Él, impasible, se agachó hasta quedarse a mi altura, me cogió de las dos manos y me besó en la frente: "Feliz cumpleaños mi princesa". Miles de gotas de lluvia caían sobre nosotros con suma delicadeza hasta empaparnos de la cabeza a los pies. Él me cogió en brazos lo más rápido que pudo y me llevó a resguardo bajo la lona de un camping mientras me tapaba con su chaqueta para que el frío no me calara los huesos. Le rodeé el cuello con mis brazos y me acurruqué en su pecho.

- "¿Lucas?"

- "Dime..."

- "¿Tu me quieres?"

- "Pues claro que te quiero"

- "Pero, mucho, mucho... más que a la tita Silvia??"

- "Claro cariño, mucho más, o se te ha olvidado que eres mi princesa?"

- "No, no, qué va! Además, tu eres mi príncipe así que estaremos juntos para siempre, a que sí?"
- "Siempre, siempre, te lo prometo"


La lluvia caía frente a nosotros como un manto de agua. Mi madre me llamó a gritos y Lucas la tranquilizó diciéndole que estaba con él. Me sentía protegida, como si me encontrara en el lugar más seguro del mundo. Con sólo seis años era consciente de que en ningún otro sitio me sentiría igual que en brazos de Lucas. No era mi hermano, ni mi primo, ni siquiera un amigo... Era algo más. Era un ángel, sí, un ángel que había caído del cielo y cuyo destino estaba ligado a mí y por ello iba a quererle por el resto de mi vida.

Hoy, ocho años más tarde y cuando apenas quedan tres horas para volver a verle sé con más certeza que nunca que Lucas llegó a mi vida para quererme y estar a mi lado. Aún no sé en qué sentido o si alguna vez podrá verme como la mujer que empieza a surgir tanto en mi interior como en mi exterior... Pero él estará siempre velando por mí. "Siempre, siempre" Puede ser el hijo del mejor amigo de mi padre, mi ex tío; y, hoy por hoy y junto Mariano, un fiel compañero de aventuras con placa y pistola pero para mí siempre será mi príncipe. De aquí a la eternidad.

El sonido del móvil me despierta del letargo. ¡Un mensaje! Doy un brinco en la cama y cojo el móvil entre mis manos. No paran de temblar. "Sarita ¿Qué te vas a poner esta noche para la fiesta? Es Nuria. No sé de que me extraño, Lucas casi nunca me contestaba los mensajes y mucho menos tan rápido. A pesar del chasco sonrío para mí misma ante el mensaje de mi amiga. "Esta noche, esta Cenicienta piensa convertirse en la princesa del cuento. Ya me verás, es una sorpresa! y recuerda, pásate a partir de las 1. Vendrá Dani?" Al momento me contesta, "Claro! Esta loco por verte con tu vestido nuevo". El interés es obvio aunque no en el sentido que quiero que parezca esta noche. Dani está loco por mí y quiero que hoy sea mi acompañante postizo. Necesito que mi familia y, sobre todo Lucas, me vean como una chica y no como una niña. Dani es mi única arma para los celos. ¿Acaso surtirán efecto? Un cosquilleo en el estómago me pone alerta. Miro el reloj. Apenas quedan dos horas y media.


Templo los nervios y me meto en la ducha durante un buen rato. El agua hirviendo me ayuda a poner la mente en blanco. Tras el tranquilizador baño me seco el pelo con el difusor y un poco de espuma obteniendo como resultado esas ondas que tanto me gustan. Me coloco el flequillo a un lado y me perfumo de la cabeza a los pies. De nuevo en mi cuarto y tras observar el reloj (las 8.15, poco más de una hora para el momento decisivo) abro mi armario en busca del vestido que me compré a escondidas con los ahorros de seis meses. Saco la funda del armario y lo coloco sobre la cama para observarlo con detenimiento. Es un vestido palabra de honor de raso en color negro, entallado debajo del pecho con un cinturón y con vuelo hasta la rodilla. Me lo pongo con cuidado y me miro al espejo. Vaya... apenas me reconozco y si yo misma me sorprendo de mi aspecto, ¿cómo reaccionará él?.


Me pongo a maquillarme pero procuro no pintarme demasiado. Un poco de tapaojeras por aquí, algo de rímel, colorete y un pintalabios rosado muy natural. Nada más. Las 9. Sólo faltan los zapatos y estaré lista. Riiiiing! Suena el timbre y se me para el corazón. No puede ser, demasiado pronto. A los pocos segundos oigo la voz de mi tía Silvia y mi abuelo en el salón. Aún me queda tiempo. Abro el armario de los zapatos y tras enfundarme unas medias color piel imperceptibles, termino mi modelito especial con unos peep toes negros con un poco de plataforma y abiertos por delante. "¡Sarita! Tu abuelo y tu tía ya están aquí!" grita mi madre desde el salón. Pero esta vez les haré esperar, no quiero estar sentada como una idiota viendo como van llegando uno a uno. Esta vez no será como la última y, por supuesto, no pienso permitir que Silvia me amargue la fiesta, y mucho menos a Lucas! Mi padre da voces en el salón al saludar a Mariano y su mujer, otros que tampoco se soportan demasiado. O, al menos, la tontita de ella, porque el pobre Mariano es un santo barón incapaz de romper un plato.
Sólo queda Lucas... bueno, y yo. Me miro por última vez en el espejo y tras cerciorarme de que estoy perfecta abro la puerta y me dirijo al salón. Las voces se hacen cada vez más fuertes en cada paso que doy con mis altísimos tacones. Suena el timbre justo al pasar por delante de la puerta. El corazón me late a mil por hora y oigo a mi madre que vuelve a llamarme para que abra la puerta. No puedo contestarla, los nervios han paralizado mis cuerdas vocales mientras pongo mi mano en el picaporte de la puerta de entrada. Respiro hondo, la empujo hacia mí y es entonces, al verle, cuando me doy cuenta de todo.... "Estoy enamorada de mi ángel de la guarda"


26 de diciembre de 2007

Aquel fin de año (I)

Son las 5 de la tarde del 31 de diciembre y no puedo explicar los nervios que siento en lo más profundo de mi estómago. ¿Qué me ocurre? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en lo que pasará esta noche? Hace meses que no lo veo y ya casi ni recuerdo su voz y mucho menos su sonrisa. Parece una eternidad. La última vez que nuestros ojos se cruzaron fue en el último cumpleaños de papá, poco después de que Silvia y él decidieran separarse. Me moría de ganas de verle pero apenas pude hablar con él. Es una imagen que no me puedo quitar de la cabeza. Corrí a abrir la puerta pensando que sería la abuela y allí apareció él, con su pelo alocado y esa chupa de cuero que tanto me gusta. Sonrió al verme e inclinándose hacia mí me susurró: "Hola princesa". No podía disimular mi alegría. "Lucas" grité rodeándole entre mis brazos y ocultando mi cara entre su pelo... Olía a cuero, tabaco y a él... a Lucas. Respiré hondo y apreté mi cuerpo contra el suyo. "Qué pasa Sarita, tanto te alegras de verme?? Qué mayor estás, dios mío, y estás preciosa..." Su voz se ahogó en su garganta cuando apareció Silvia. Y entonces todo se torció. Se alejó de mí y todo pareció derrumbarse a mi alrededor. Su sonrisa no volvió a aparecer en todo el día.



Todo por culpa de sus problemas con ella. El abuelo y Silvia también estaban allí y después del divorcio los tres no podían coincidir en la misma habitación. Se odiaban. La tensión se palpaba en el ambiente y ni siquiera cruzaron palabra. Mejor para mí, podía tener a Lucas para mi solita. Podríamos jugar, ir al parque o pasear en su descapotable como tantas veces habíamos hecho años atrás. Esas tantas veces que me había sentido la niña más feliz del mundo. Pero soñaba demasiado y nada de esto pudo pasar.


Mi padre y Mariano, como si se tratase de un caso rutinario, me lo arrebataron y no volví a escuchar como me llamaba "princesa". Desde entonces no había resultado fácil. Su separación había provocado que sus visitas a nuestra casa fueran más intermitentes. Al menos cuando estaba con Silvia podía verle casi todos los días pero ahora... ni nombrarle podía. Silvia se dedicaba a despotricar de él a cada momento y yo lo defendía como podía delante de toda mi familia. Sólo mi padre me apoyaba aunque no cesaba de decirme que eran cosas de mayores y que no me metiese. Lucas era el mejor hombre que había pisado la faz de la tierra, era mi héroe, mi caballero andante, mi leal compañero... pero la tonta de mi tía no dejaba de criticarle y criticarle. ¿Por qué tuvo que casarse con ella? ¡Si son completamente diferentes! Lucas no se merecía estar con alguien como ella, él necesitaba una chica atrevida, aventurera, que le quisiera tal y como es... Alguien, ¿como yo?

La cabeza me daba vueltas. ¿Qué ocurría en mi interior? Es el último día del año y todo parece del revés. Durante toda mi vida Lucas había sido mi policía particular, mi perro guardián y mi mejor amigo. ¿Acaso esa necesidad de estar con él significaba algo más? Le quería, dios mío si le quería... Más que a nada en este mundo. Los nervios en el estómago me hicieron estremecer. ¿Acaso era AMOR lo que estaba sintiendo?



Me levanté de la cama y cogí mi móvil. ¿Debía mandarle un mensaje? La cabeza me daba vueltas. Desde hacía unos meses nos mandábamos algún que otro sms aunque, a decir verdad, él sólo me contestaba uno de tres. ¿Qué podía esperar? Yo sólo tengo 15 años y el más del doble... ¿Y si estoy enamorada de él? Pero, ¿qué es estar enamorada? Las lágrimas corrían por mis mejillas empapando la almohada. No, no puede ser, Lucas es mi tio... mi amor es imposible... Cerré los ojos y recordé las miles de miradas que me había dedicado durante toda mi vida. Las veces que me cogía de la mano y me abrazaba... Los momentos en los que él antes que nadie, corría a mi encuentro para hacerme girar y girar hasta caer en el suelo muertos de la risa... ¡Le quiero! Así que ¿no dicen que no hay nada imposible? Me mordí el labio inferior y tecleé con decisión el teclado de mi móvil: "En esta vida no hay nada imposible, lo sabías? Tengo ganas de verte tito"



No espera respuesta. No la necesitaba. A veces, simplemente me limitaba a escribir mensajes y guardarlos en el móvil con la ilusión de que algún día no muy lejano, podría mandárselos sin ningún pudor o miedo a que me rechazara o pensara que estaba loca por sentir que algo más fuerte que nuestra existencia nos unía para siempre. Suspiré hondo y busqué algo debajo de mi cama. Coloqué entre mis manos la pequeña caja de hojalata donde guardo sus recuerdos y la acaricié con cuidado. "Lucas..." susurré. Un palito de un helado, una foto juntos de cuando era pequeña, un trozo de una camiseta que mi tía quiso tirar después del divorcio y debajo, escondido, el mechero que pude cogerle de la chaqueta el último día que lo ví. Coloqué el pulgar en la ruedecilla y la hice girar con cuidado. Una enorme llama surgió de él e iluminó la habitación en penumbra...


"Sólo me quedan cuatro horas para volver a verte"


23 de diciembre de 2007

Feliz Navidad!!


Suena a topicazo pero, ¿qué más se puede desear en estas fechas? Además, las navidades son fechas de regalitos, algunos mejores, otros peores, pero seguro que todos, absolutamente todos, se regalan con la mayor ilusión del mundo. Y yo que pensaba que en estas fechas estaría en China pasando las Navidades... menos mal! Parece ser que el tema del visado de periodista se está retrasando y aún sigo en mi España querida, disfrutando de una libertad que mis pobre amigos orientales no tienen... Pero bueno, no voy a ponerme melodramática que estamos en Navidad!! Y, qué leches! estoy muy feliz de estar tan cerca de los míos y de todos vosotros!

Por eso, sé que sóis muchos los que me leéis desde hace meses y otros tantos los que habéis descubierto este blog hace bien poquito así que, para ser equitativa, en esta entrada os dejaré TODOS los vídeos que he hecho desde que Lucas y Sara se convirtieron en la pareja de mi vida (siempre después de la mía propia claro! jeje). Espero que los disfrutéis y que sirva de antesala para el 9 de enero, fecha en la que vuelven nuestros Pacos. Ah! y espero que los del Youtube y Antena3 no me los cierren como ya hicieron con Nur porque vaya mala leche! Encima que lo hacemos con todo el cariño del mundo! Qué injusticia!
Otra cosa, el día del estreno de la nueva temporada sí que estaré en Pekín. Ay!!!! ¿Cómo podré superar ver el capítulo por internet y no poder comentar la jugada a tiempo real con todos vosotros? Ufff... sólo espero que no me abandonéis!! y que, aunque la diferencia horaria sea de 7 horas y tenga que tragarme el capítulo gracias a Antena 3 y su web, dejaré una entrada para que todos y todas pongáis lo que pensáis a medida que se desarrolla el capítulo. Así me sentiré más acompañada que nunca!!


Yo sólo pediré una cosa: QUE LOS REYES NOS TRAIGAN MUCHA LLUVIA!!

Milbesos a todos y que paséis unas felices fiestas!

"Una de cal y otra de arena" (Música: Tonic "Head on Straight")





"Mírame y tócame" (Música: Antonio Orozco)




"Little girl" (Música: Tonic)




"Pedacitos de tí" (Música: Antonio Orozco)




"Quiero que llueva" (Música: Alter Bridge "In loving memory")




"Incompletos" (Música: Backstreet Boys "Incomplete")




"Se acabó" (Música: K's Choice "Believe")




"With or without you" (Música: U2)




"El Amor" (Música: Rob Dougan "Clubbed to death")




"I miss you" (Música: Coldplay)




"Vuelve" (Música: Ricky Martin)




"Como un mar eterno" (Música: Hanna)



"La tormenta" (Música: Lifehouse "Storm")



"Romeo y Julieta" (Música: Desree "Kissing you")



"Romeo y Julieta" (Música: Romeo y Julieta BSO)



"Lágrimas" (Música: Braveheart BSO)



"Ojalá pudiera borrarte" (Música: Maná)

21 de diciembre de 2007

Un sin sentido

Quiero gritar, sacar mi alma por la boca...
Decirte que te quiero, que te amo...
Que la vida sin tus besos no merece esfuerzos ni reclamos...
Y no puedo... o quizá no debo?
Quiero mirarte y saber que existes.
Palpar tu piel con mis pupilas,
saborear tu boca con mis retina...
Conocerte de veras... y amarte si existieras...

¿Por qué a veces siento que el amor es cosa de cuentos?
Culebrones, ficciones, historias y guiones...
También de aquello que guardan nuestros corazones..
y que un día sale, y brota... y sin saber el por qué, explota...
Y es allí, cuandos lo miras, cuando sabes que la vida es más que un cuento,
que el amor existe y lo ves en sus ojos, en sus labios... en el bello erizado de tu piel
y así todo, en un sólo momento...

El amor es así, ficción y realidad.
Y la mejor historia de amor la protagonizas tú sin apenas darte cuenta...

17 de diciembre de 2007

Culebrones

A veces una no puede hacer otra cosa más que agarrarse a un clavo ardiendo. Y yo, en este caso me he agarrado, y fuerte, a los megafamosos culebrones. Me voy a explicar mejor... Los que habitualmente visitáis mi blog sabéis que soy pesimista por naturaleza. Para mí siempre hay tres de cal y una de arena y aunque sé que casi siempre triunfa el amor, con la historia de nuestra parejita he tenido muchas dudas con respeto a eso. Las cosas, sin embargo, comienzan a pintar de otra manera en mi loca cabecita.

A lo largo de estos meses de sillón-ball y tocarme las narices ha diestro y siniestro esperando mi eterno visado a la Republica Popular China, he tenido tiempo y también lo he perdido, viendo telenovelas varias como "Amar en tiempos revueltos" o "Destilando Amor". Gracias a mi amada madre que a pesar de ser totalmente contraria a los culebrones se ha enganchado a estos dos por culpa de mi recién nacida sobrina, me he aficionado a tomarme el cafecito de sobremesa viendo estas aventuras de amor y desamor. Qué calvario por favor... Si hay que ser masoquista para verlas!!! Cómo sufren los condenados... si creo que las cosillas que le pasan a Lucas y Sara son nimiedades comparadas con las tragedias de la Gaviota! Qué cosas... Ay... En fin, que viendo estas novelas me he dado cuenta, tarde quizá, que "Los Hombres de Paco" no es más que un culebrón más, eso sí, de los buenos, que nos tiene a todos aletargados y babeando como cosacos...


Nosotros, de corazón blando y sentimientos a flor de piel, nos hemos rendido a la historia de amor mas bonita de la televisión. Jamás la vi como un culebrón, ahora sí. Ahora no puedo evitarlo. Quizá la distancia, el tiempo que ha pasado desde mi último miércoles postrada en mi sillón favorito, me hace ver las cosas de otra manera.. Puede ser. Lo único que tengo claro es que TODOS los culebrones tienen final feliz. TODOS. Y "Los Hombres de Paco" no va a ser una excepción. Ni de coña!!! Si queréis me monto la tesis ahora mismo. Veamos... En una telenovela la prota y el prota se conocen en el primer episodio y zas! "flechazo" o "encontronazo" según la novela. Acto seguido y en capítulos posteriores se va cuajando la historia y cada capitulito nos ofrece algún momento de esos dos "enamorados". Después de unos capítulos el amor consigue cuajar, se besan... uauuu, pensamos que nadie podrá separarlos y pum!!! un giro en la historia sea un accidente de coche que lo deja sin memoria, una esposa amargada que intenta matar a la amante de su marido, o un padre hijo de perra que no quiere que su hija sea feliz con el hombre que quiere...

Miles de obstáculos se alzan ante ellos pero aún así sabemos que se quieren. De repente, algo ocurre y uno de ellos conoce a alguien y se enrollan, se medio "enamoran" pero de mentirijilla para poder olvidar o finjir que ya no quieren al otro protagonista. Claro, éste, echo polvo pensando que lo ha olvidado, se tira en brazos de aquel pringado o pringada que siempre ha bebido los vientos de la o el protagonista. Los celos se multiplican y los sentimientos se confunden. Hay muertes, viajes, encontronazos de pasión y pum! Vuelven a estar juntos... Pero claro, la novela tiene que seguir porque da dinero y zas! después de cinco minutos de felicidad uno de los protas debe dejar al otro porque... tiene que ir a la cárcel, al hospital o al culo del mundo!!! Finalmente... después de 2.56437392 capítulos y con la paciencia al límite, la señora X y el señor Y, son felices y comieron perdices.


Esperemos que Lucas y Sara no tarden tanto!

6 de diciembre de 2007

El día X

Extraído del foro del Equipo de Remo!!

Buenas noches a todos.
Tenemos el horno para muchos bollos y con muchas noticias CALENTITAS, RECIEN SACADAS DEL HORNO de lo que será la nueva temporada. Os transmito la información de parte de CONCHI.PEZ que como much@s ya sabéis esta de baja temporal por un catarro muy gordo, y sin ordenador disponible para entrar a charlar con nosotros.

Pero no ha estado sin hacer nada, noo, ha estado indagando, tirando de sus contactos para sacar la mayor información posible. Así que preparaos que aquí voy con ellas:

1. La vuelta el día 9 de ENERO, el día 2 de enero tendremos un especial, recordatorio de la anterior temporada, pero lo nuevo comienza el día 9, y según me ha dicho ojo con el primer capitulo, que nadie se lo pierda!

2. EL CLICK, este capitulo va a ser el comienzo del fin (cito palabras textuales de conchi.pez. Estad muy atentos a todos los detalles de este capitulo ya que en el es donde vamos a obtener la gran mayoría de las pistas de como versará la nueva temporada.

3. En el van a comenzar algunas de las tramas, y LUCAS tocará fondo en este capitulo y comenzara esa nueva vida de la que hablaban las revistas.

4. SARA no es que vaya a tocar fondo esta temporada, noo, es posible que hasta se ahogue. En esta temporada vamos a ver a una sara mas madura. Va a madurar por algo que le ocurre, y en un plis plas (jeje estas son palabras de sergio, el hijo de conchi, pero que describen a la perfección como va a madurar la niña) Y elige, vamos que si elige.. cito de nuevo palabras textuales de:

5. Like a Star @ heaven SLOKEAY: "Y si acabará con Lucas? Pues no lo sé, pero yo apostaría un brazo a que sí."
Like a Star @ heaven CONCHI.PEZ: "slokeay se juega el brazo, pues yo mi mano derecha, el brazo derecho y todo el hemisferio derecho de mi cuerpo"

6. Recordáis los dichosos guiones robados??? y las dos chicas que decían algo de un segundo viaje?? Pues si, tenemos un segundo viaje, aunque no sabemos a donde ni de quien..

7. La trama francesa comenzará mas adelante, y tendrá relación con Sara.

Aquí os dejo la teoría de conchi: Otro secuestro de la niña.. Creo que no se me olvida nada de todo lo que me ha dicho que os dijera, si es así, no os preocupéis que en cuanto me acuerde lo cuelgo. Menuda temporada!!

Se me olvidaba, jejeje, los nervios y el venir tan rápido a contaros las noticias:

En las revistas teníamos a Sara a la vuelta de Madagascar algo celosilla porque Aitor ya no le ponía ojos a ella, y si se los ponía a Carlota. Pues bien, en palabras textuales transmitidas por conchi: " le pondrá ojitos, si, a Carlota, y a AITOR, pero olvídate, olvídate, sara es LUCAS LUCAS LUCAS!!!!

.....

Uiiiii, parece ser que al final no todo va a ser tan malo no??? Qué alegría! Y yo de Slokeay me fio muchísimo, así como de Conchipez, ellas son siempre las que nos dan pistas verdaderas de lo que ocurrirá en la serie. Quizá en el primer capítulo nos quedemos sin Madagascar y tengamos que soportar a Sara celosilla porque Aitor ya no le hace caso pero... uf! creo que nos esperan grandes cosas esta temporada. Sobre todo me hace mucha ilusión que Sara madure de una puñetera vez y se deje de tonterías. Y lo de la trama francesa relacionada con ella.. ui... eso del secuestro me suena bien. Ojalá! Así súper Lucas va al rescate. Por cierto!!

YA HAY ANUNCIO!!!!
Son imagenes sueltas y difuminadas de:
* Don lorenzo llorando
* Lucas en la carcel
* Sara llorando
*Mariano y lola besandose.
* Por ultimo y esto ya muy clarito, nada de difuminar la imagen, los tres mosqueteros acercandose (MARIANO,PACO, LUCAS) y un cartelito de LOS HOMBRES DE PACO muy pronto en A3
Se avecina un dramón , dramón... Hay que estar preparados!!!!

5 de diciembre de 2007

Cruce de destinos

Acababa de cumplir 18 años y mi madre tuvo la gran idea de regalarme un par de calzoncillos y calcetines para estrenarlos en mi primer día de Academia.

- Tienes que estar presentable hijo... Vas a vestirte y desvestirte delante de tus compañeros y no quiero que piensen que los Fernández son unos muertos de hambre además de cochinos. A tu padre no le gustaría.
- Lo sé mamá...


Me esforcé en mostrarle la mejor de mis sonrisas y me dirijí a la ducha. Quería estar de punta en blanco para la presentación. Apenas podía mantener quieta la mano que sujetaba la cuchilla de afeitar así que estrené mi nuevo traje de policía con algún que otro corte en la cara. Alguien golpeó la puerta. Me acerqué y desbloqueé el cerrojo. Mi padre apareció con una gran sonrisa.

- Hoy es un gran día hijo, supongo que estarás preparado para enfrentarte a lo que te espera.

Ahí estaba mi padre, el gran Inspector Fernández, uno de los mejores policías que existía en el Cuerpo. Él era mi ejemplo a seguir.
- Sí papá, lo estoy.

Él asintió con la cabeza y me abrazó con fuerza.
- Estoy muy orgulloso de tí Lucas. Serás un gran policía.

No pude articular palabra. Me quedé quieto mientras él me estrechaba entre sus brazos y escuchaba su voz quebrada por la emoción.

- Mucha suerte hijo.

Salió del cuarto de baño y los nervios volvieron a vencerme. Mariano, Paco, Papá... todos ellos eran policías de verdad y yo aún no había empezado la Academia... Me moría de ganas de empuñar una Magnum e ir a por los malos. Ser policía era lo mejor que podía hacer en la vida.

Cogí mi petate y me despedí de mi madre con un beso.

- Estás guapísimo con ese traje Lucas... Hasta me emociono sólo de verte así... Ay... me recuerda a tu padre cuando le conocí.

Esbocé una sonrisa cómplice, cogí el casco de la moto y me dirigí hacia la puerta.

- Adiós mamá.

Al cerrar tras de mi pude escuchar como sonaba el teléfono de mi casa y la suave voz de mi madre al auricular.

- ¿Diga? Sí, hola Paco, no, ha salido hace un rato hacia la Comisaria... sí.... Lucas? sí, es su primer día... Ay, no me digas, qué alegría!... cuándo?...

Su voz se fue apagando a medida que bajaba los escalones hacia el portal. Mi mente estaba enfrascada en todos y cada uno de los detalles de las clases que me esperaban. Estaba muerto de miedo.

Conduje lentamente y aparqué la moto frente a la puerta de la Academia. La primera clase era sobre Ética policial, la segunda, clase de tiro. Me fume un pitillo en la escalera mientras observaba al resto de mis futuros compañeros con sus trajes impolutos y sus peinados pijos. Quise saltarme la primera clase pero la imagen de mi padre abrazándome me lo impidió. Tragué la palabrería del profesor durante 60 minutos y me dirijí a la clase de tiro.

No tardé ni cinco minutos en vaciar el cargador. Todo en el blanco. Sonreí para mi mismo mientras el resto de los compañeros me miraban asombrados. Silvia, la hermana de Lola, me miraba tímidamente tras la mampara de cristal. Que no se me acerque esa sosaina pelirroja que le doy... No la soportaba. Era igual que su padre Don Lorenzo. Tal para cual.

Volví a ponerme los cascos y cargué el arma. De repente, alguien puso su mano en mi hombro y me giré con brusquedad. Era mi padre. Y estaba junto a Silvia que no parecía caber en sí misma de gozo.

- Lucas, tenemos que ir al hospital ahora mismo.
- Pero, ¿ha pasado algo? mamá está bien?
- Es Lola! - gritó Silvia- se ha puesto de parto hace poco más de una hora!! La niña está a punto de nacer! Mi Cristina está en camino, voy a ser tía!!!
- ¿Cristina? De donde has sacado es nombre Silvita? No me seas ridícula... -contesté.

Mi padre se interpuso entre los dos.

- Vamos chicos, no os peleéis, ya he hablado con vuestro tutor y os deja salir. Démonos prisa.

En un momento me olvidé de todo. De la Academia, de la Magnum que pensaba comprarme nada más tener la licencia, de la policía.. Sólo pensaba en la pequeñaja que iba a traer Lola al mundo... Mi niña... Mi Sara.

- ¿Qué estás diciendo imbécil? - oí que me gritaba Silvia en el coche de camino al hospital- Estás pensando en voz alta o qué? La niña se llamará Cristina porque lo digo yo y punto.
- Lo que tu digas zanahoria - contesté con la consecuencia de recibir un codazo en las costillas.

Llegamos al hospital en un suspiro. La sirena hizo bien su trabajo. Corrimos hacia la planta de maternidad y ahí estaba Paco, sudando como nunca acompañado de mi madre, Mariano, Don Lorenzo y Marisa, la madre de Lola.

Apenas podía articular palabra. Abracé con fuerza a Paco y deambule por el pasillo del hospital esperando noticias. Pasó una hora, dos, dos y media... y el doctor salió a nuestro encuentro con una gran sonrisa en los labios.

- Es una niña preciosa, rubia y muy buena. Pueden entrar a verla.
Me quedé paralizado en el umbral de la habitación mientras el resto entraba a tropel hasta acercarse a la pequeña. Me atuse el pelo con ambas manos y respiré hondo. ¿Qué me estaba ocurriendo? ¿Por qué sentía esa opresión en el corazón? ¿Qué tenía esa niña que acababa de nacer que provocaba esta sensación en mí? Las piernas me temblaban y apenas podía caminar. A duras penas entré poco a poco a la habitación. Lola tenía a la niña en brazos mientras todos alrededor la miraban como pasmarotes. Me mantuve a cierta distancia pero Lola no tardó en darse cuenta.

- Lucas, cariño, ven aquí, anda... no tengas miedo, que no muerde, ven...

Me acerqué a la cama y Lola me entregó con cuidado a la pequeña. Contuve la respiración mientras el resto de los presentes me miraba con envidia. La estreché contra mi y una lágrima se deslizó por mi mejilla. Tenía el pelo rubio, casi transparente y la piel blanca como la nieve. Mantenía los ojos cerrados víctima de un profundo sueño... mientras sus manitas descansaban cerca de mi pecho. Era preciosa. Las voces y sonidos del resto se apagaron a mi alrededor.

- Hola Sara, hola Sarita, mi princesa... - susurré lo más bajo que pude.

La pequeña abrió los ojos y me miró. Tenía los ojos más bonitos del mundo y me estaban mirando a mí. El corazón comenzó a palpitarme tan fuerte que temí que se me saliera del pecho... Sus pequeñas manitas sujetaron mis dedos y los estrechó con fuerza mientras me dedicaba lo que me pareció que era una sonrisa. Me sentí el hombre más feliz del mundo.

- Vaya -dijo Lola- creo que después de darme la brasa durante meses Lucas se va a salir con la suya.. Durante todo el embarazo no has parado de decirme: "si es niña se tiene que llamar Sara", "Oye, Lola, que es que se tiene que llamar Sara"...
- Pero Lola, que se llame Cristina que es más bonito mujer... - contestó Don Lorenzo con la venia de Silvia y el resto del grupo- ¿No lo habíamos acordado así?
- Sí cariño - añadió Paco- se llamará Cristina que mi madre ya le ha hecho hasta baberos con su nombre.


La niña seguía quietecita, mirándome y tocándome con sus manitas. Mi Sara, mi niña... en ese momento supe que algo me uniría a ella de por vida.
- No se hable más! - gritó Lola- La niña se llamará Sara y punto! Además, parece ser que le ha gustado su nombre, casi tanto como Lucas!

Miré a Lola y la sonreí con lágrimas en los ojos. Acerqué mis labios hasta la frente de la pequeña Sara y la besé con dulzura antes de devolverla en brazos de su madre. Para asombro de todos su llanto comenzó a llenar la habitación cuando apenas la había alejado de mi cuerpo.

- Shhh, ya está Sara, shhh ¿has visto que chico tan guapo y como te cuida? Sí... claro.. Tu amiguito Lucas va a cuidar de ti muuuy bien, y te va a querer mucho...

Miré a Sara mientras buscaba el pecho de su madre y lo supe:
La querría y cuidaría hasta mi muerte.

FIN

Hay dos imágenes de la serie que me han hecho escribir esta breve historia. Son de mis preferidas...


Capítulo 10, Primera temporada. La mafia calabresa.

Lola y Sara en casa.

-¿Sabes por qué te llamamos Sara? Porque se empeñó Lucas. Se pasó todo el embarazo diciendo "Si es niña se tiene que llamar Sara", "Oye, Lola, que es que se tiene que llamar Sara". Total, que cuando naciste, ya no te podíamos llamar de otra manera.
-Ah, ¿sí?Sonríe, ilusionada.
-O sea, que me llamo Sara, por Lucas.
-Así que no entiendo porqué te has encaprichado de él, hija mía. Porque es que podría ser tu hermano.
-¿Pero qué dices, mamá? Pero si no me he encaprichado de Lucas. Yo... ¿por qué me dices eso?
-Porque no comes. Porque le miras con ojitos de carnero degollado. Porque lloras cuando dice que entre vosotros no puede haber nada nunca...

Sara baja la mirada.

-Porque soy tu madre, Sara. A mí no me puedes engañar.
-Bueno, vale, ¿y si me he enamorado de Lucas, qué pasa?
-¿Como que qué pasa? Pues que no puede ser, que es tu tío, que ha estado casado con mi hermana, y que te lleva casi veinte años.
-Mamá, que ya no es mi tío. Se casó, se divorció, y ahora está soltero. Y todo el mundo tiene un pasado, ¿no?
-¿Pero no te das cuenta de que vas a sufrir muchísimo tú y toda la familia?
-¿Pero por qué? ¡Que no es ningún capricho!
-Vamos a ver, Sara, corazón mío. ¿No te das cuenta de que con dieciséis años es muy fácil que te deslumbre alguien mayor que tú? ¿Que pienses que es el amor de tu vida? Pero cuando pasen unos años, pues te vas a reír de eso. Anda, cariño, no hagas nada de lo que luego puedas arrepentirte. Porque si no...
-Si no, ¿qué, mamá? ¿Me vas a prohibir que le quiera? No puedes. Y vale que ahora soy menor de edad, pero no lo voy a ser siempre.
-Mira, no le voy a decir nada a papá, para no darle el disgusto. ¿Pero sabes lo que haría papá si se enterara?
-Me da igual, mamá. Me da igual que se lo digas a papá, o que lo publiques en los periódicos, me da igual. Yo le quiero, y sé que antes o después, vamos a acabar juntos.

Se levanta y se va a su habitación.
Primera temporada: Sin tregua

En el bar, al día siguiente, llega Sara con el niño. Se acerca a ellos Lola.

-Mira, se me ha caído cinco veces al suelo, le han atropellado dos camionetas, y el bebé oye, tan ricamente.
-¡Que sí! Que ya sé que cuidas perfectamente del bebé. Lo que pasa es que me da muchísima pena que ya no seas pequeña. Eras tan rica y tan chiquitina y... Todo el día a carcajada limpia, la alegría de la casa.
-Ya, ¿y qué? Que ya no me río, ¿no?
-Sí, sí que te ríes. Te ríes cuando estás con Lucas. Es que ayer os ví a los dos con el niño y... me dio un vuelco el corazón... Igual tu padre y yo nos estamos equivocando, no sé, te estamos prohibiendo que seas feliz. Yo no quiero ser el palo en la rueda, cariño, así que... tú sabrás con quién quieres estar.

4 de diciembre de 2007

Bromuro

Sí, eso es lo que necesito después de ver el capítulo que ha emitido la Paramount esta noche... Ay, aún tengo el nudo en el corazón!!! ay... si es que con "Un lugar en el mundo" comprendí que los amores imposibles no existen. Al volverlo a ver esta noche no he podido hacer otra cosa que tragarme las lágrimas que se agolpaban en mis ojos. Sonaba "Nada podrá salvarte" y con la piel de gallina y el corazón en un puño me deleité con la primera secuencia que nos hizo ver que eso era amor o, al menos, pronto lo sería. Qué cruda emoción, cuánta melancolía... Aquí os dejo la escena gracias a Cintia.

Ya por la noche, antes de la carrera, Sara llama varias veces a Lucas, para decirle que tiene información sobre las carreras ilegales. Pero Lucas tiene el teléfono sin batería y no logra hablar con él. Más tarde, cuando Lucas llega al bar, Coque le dice que vaya a buscar a Sara, que se ha ido con el chico. Éste no se lo piensa y sale a por ella. Pero Silvia está allí y va con él.Un Lucas nervioso conduce a gran velocidad, para llegar a por Sarita antes de que ocurra nada. Pensando que les va a pasar algo, Silvia le confiesa que aún le quiere, pero Lucas no hace caso y en cuanto ve los dos coches de la carrera, va hacia ella, sacando a Sara del coche, y vigilando al resto a punta de pistola.

-¡SARA, SAL DE AHÍ!

Sarita, llorando, sale como puede y se abraza a Lucas, abrazándola él también. Caminan hasta el coche de éste, mientras Silvia, a lo lejos les mira, sin comprender.

-Nunca me hagas esto más, ¿eh? Nunca me vuelvas a hacer esto, Sara. Nunca.

- Nunca... Lo siento.

-Sara, si a tí te pasa algo, yo... ¿Tú qué pasa, que no piensas en la gente que te quiere, en tu padre, en tu madre?

-Yo sólo he pensado en tí... Quería interesarte de alguna manera... y has venido... has venido...Se echa contra él, y Lucas la abraza.

-Has hecho una locura, Sara, has hecho una locura, ¿me oyes?La besa en el pelo.

-Lucas... si las cosas no fueran como son, y si yo no fuese hija de quien soy, y si él no fuese como un padre para tí... y si nunca hubieses estado casado con Silvia...

-Sara... Sara... no empieces con eso...

-Si yo no fuese quien soy... y si no fuese menor de edad..., ¿te gustaría?

-No sé, Sara... si tú no fueses quien eres... Sara, yo no soy como tú crees que soy, y además, seguro que vas a encontrar a alguien muchísimo mejor que yo.

-Quiero que me contestes. Necesito saberlo, Lucas. Si yo fuese una desconocida para tí, y nos cruzásemos mañana por la calle, ¿podrías enamorarte de mí?

Lucas la mira unos segundos sin decir nada, y acaba resoplando.

-No sé... No sé... Mira, Sara, desde luego siendo tú quien eres y siendo yo quien soy, nunca va a pasar nada entre nosotros, ¿entiendes? Además, quiero que te quede claro, que te entre bien en la cabeza. Nunca, nunca, nunca, ¿vale?

-Lucas, yo voy a estar toda mi vida esperándote, día tras día, porque sé que antes o después te enamorarás de mí. Y voy a estar esperándote siempre, siempre, siempre.

Lucas vuelve a resoplar y Sara le acaricia la cara, llegando justo en ese momento Paco, que se lleva a su hija, mientras Lucas les ve marchar.

Pero es que lo mejor de este momento del capítulo no es sólo este momento sino el que viene después... Cuando Sara se va en brazos de su padre y ambos se miran a lo lejos... y Silvia es la testigo de esa mirada tan llena de un amor que nacía... y la melodía de "Nada podrá salvarte" suena en esa noche... y Lucas se apoya en su coche mirando al infinito... pensando en ella... consciente de que sí sería capaz de enamorarse de su niña... claro que sí, pero no sólo si fueran dos desconocidos... Esa noche, bajo las estrellas, Lucas entendió que todo había cambiado. Sara había dejado de ser su niña y pronto se iba a dar cuenta de que nadie, nadie en este mundo, le iba a querer como ella. Nadie.

Ay... pero qué inocentes éramos entonces y cuánto amor nos quedaba por vivir. Cuánto... No sé, me da penita rememorar esos capítulos tan perfectos... Me llena de melancolía... Sobre todo cuando veo esa nueva mirada de Lucas con su niña... esos ojos a los que ahora nos tiene tan acostumbradas. Los primeros celos... Sí, los primeros! Acaso no lo es esta mirada?? en el momento en el que Sara besa al chuleta de las carreras?? Madre mía... Como decía Mariano en el capítulo, esto no se le iba a Lucas ni con Bromuro...

3 de diciembre de 2007

Guapo, guapo, guapo!

Como para enfadarse con él con esa carita que tiene... Sara, mi niña, por favor... reflexiona, no te me ennubiles con el Aitor cuando Lucas no pueda ir contigo a Madagascar que te conozco!!! No te humilles así... ya te lo dijo Lucas una vez, no te humilles!! Si tienes que quedarte soltera una temporadita pues te quedas, pero céntrate, céntrate!! Te dejo estas fotos para ayudarte un poco, jejeje. Está pá mojar pan.


2 de diciembre de 2007

Crucigramas

Estamos a domingo y hoy toca hacer crucigramas. Aquí os dejo uno:


Encuentra las siete diferencias

1.A - Lucas en el capítulo "La traca final" (final de la 4.temporada)


1.B - Lucas en el capítulo "El click" (principio de la 5.temporada)



2.A - Sara en el capítulo "La traca final" (final de la 4.temporada)


2.B - Sara en el capítulo "El click" (principio de la 5.temporada)


Las hay sí, y más de siete. ¿Por qué? Es sencillo. Es lo que tiene grabar un capítulo en junio y su continuación en octubre. Flequillos dispares, cortes de pelo diferentes, color de piel más blanquecina... En fin, fallos de racord como se dice en la jerga cinematográfica. Y claro, estos guionistas/productores se piensan que los han drogado durante cuatro meses... ya, y yo me chupo el dedo. Es lo que tiene crear una trama sin pies ni cabeza, que no sabe ni como va a continuar.

Ya os lo dije. Una de las actrices principales de la serie me comentó en persona que en el último capítulo de la cuarta temporada (La traca final) los guionistas no tenían ni idea de como continuaría la serie... Bueno... ¿qué se puede decir a eso? Pues que, sinceramente, me parece una desfachatez y una falta de respeto. Además de una gran irresponsabilidad y falta de seriedad en el trabajo. ¿Acaso no saben que hay millones de telespectadores y fans de la serie que esperamos algo "más"? ¿No tienen conocimiento de que estamos hartos de sus incongruencias y su falta de continuidad?
Pensadlo. Los guionistas se van de vacaciones de verano y a la vuelta deciden que ya no hay Madagascar ni tampoco amor verdadero. Toma! A saber, a mi me da que los muy cretinos son unos infelices malchingados que se fueron de vacaciones a la Manga del Mar Menor... Ay... y si me equivoco pues que me perdonen. PEro, ¿creéis que es justo? Pero, ¡qué les costaba hacerlo seguido y con un poquito de delicadeza! Que eso se nota hombre... que no somos tontos...

Declaración de amor

Estoy que tiemblo. No sé si es miedo, nervios o incertidumbre. Quizá un cóctel con esos tres ingredientes. Quedan poco más de 30 días para el estreno de la cuarta temporada, para algunos quinta, y yo ya no puedo aguantar más. Un día de estos me va a dar un tabardillo. Ay señor...
Y es que no hay manera de quitármelos de la cabeza. Lucas y Sara, Lucas y Sara... todo el rato. Una y otra vez. Como diría Lucas, los veo en blanco y negro, en color e incluso en sepia. Cosa de los vídeos.

Pero es que no paro de pensar en ellos. Ya sé que eso es amor, lo tengo asumido. Lo confesé en una entrada que escribí hace unos meses. Estoy enamorada de Lucas y Sara. Sí, colada hasta las trancas. Es un amor que viene y va, que tiene subidas y bajadas, calores y fríos. Todo depende del tiempo que tenga para comerme la cabeza. Ahora? uf, muchísimo. No paro. Y claro, tanto pensar, pensar... pues así estoy, enganchadísima a esta locura colectiva, a este bombón, a veces amargo, relleno de melancolía, desamor e ilusiones.

No puedo más. Escucho constantemente los dos últimos discos de Pignoise así que entre los lagrimones que me salen con "Nada podrá salvarte" y las taquicardias con "Sin ti" o "Yo te espero", parezco una deprimida psicótica con los cascos puestos. Tendríais que verme... Qué loca estoy! Cada estrofa, cada frase, cada tono de voz me evoca un momento vivido entre Lucas y Sara... Es tan bonito y tan triste a la vez... Además, los capítulos de Paramount Comedy me tienen enganchada. Qué tiempos aquellos... si es que hasta me emociono al revivir algunas imágenes! ¿Para qué negarlo? Es duro ahondar en los recuerdos.


Soy una romántica empedernida y pierdo mi tiempo mirando al cielo e imaginando lo que pudo ser, lo que puede ser o será... Sueño con sus miradas, sus besos, sus abrazos... Pienso en lo que se dirán cuando se vean por primera vez tras el secuestro... si se besarán antes de que todo vuelva a romperse de nuevo...

Estoy tan loca que hasta he declarado tal y como hizo Sara con Lucas hace ya tanto tiempo. Sí, lo sé, estoy como una cabra. Es lo que hace el amor! Aquí os lo dejo:




Siempre mirando al cielo

Siempre mirando al cielo
Mylo

Todas las gotitas que mantienen viva mi esperanza...