...has crecido,
suben tus hombros como dos colinas,
tu pecho se pasea por mis pechos,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado:
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.
(La reina)
..Y cuando asomas suenan todos los ríos
en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas,
y un himno llena el mundo.
Sólo tu y yo,
Sólo tú y yo, amor mío,
Lo escuchamos.
(El alfarero)
Todo tu cuerpo tiene copa o dulzura destinada a mí.
Cuando subo la mano encuentro en cada sitio una paloma que me buscaba,
como si te hubieran, amor, hecho de arcilla para mis propias manos de alfarera.
Tus rodillas, tus senos, tu cintura... faltan en mí como un en el hueco de una tierra sedienta
de la que desprendieron una forma, y juntos somos completos como un solo río, como una sola arena.
Cuando no puedo mirar tu cara miro tus pies.
Tus pies de hueso arqueado, tus pequeños pies duros.
Yo sé que te sostienen y que tu dulce peso sobre ellos se levanta.
Pero no amo tus pies sino porque anduvieron sobre la tierra
y sobre el viento y sobre el agua,
hasta que me encontraron.
Quítame el pan, si quieres, quítame el aire, pero no me quites tu risa.
No me quites la rosa, la lanza que desgranas, el agua que de pronto estalla en tu alegría, la repentina ola de plata que te nace.
Mi lucha es dura y vuelvo con los ojos cansados a veces de haber visto la tierra que no cambia, pero al entrar tu risa sube el cielo buscándome y abre para mí todas las puertas de tu vida.
Amor mío, en la hora más oscura desgrana tu risa, y si de pronto ves que mi sangre mancha las piedras de la calle, ríe, porque tu risa será para mis manos como una espada fresca.
Ríete de la noche, del día, de la luna, ríete de las calles torcidas de la isla, ríete de esta torpe mucha que te quiere, pero cuando yo abro los ojos y los cierro, cuando mis pasos van, cuando vuelven mis pasos, niégame el pan, el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca porque me moriría.
*Versos de Pablo Neruda
1 comentario:
Te alabo el gusto Mylo. Neruda y Miguel Hernández son mis dos poetas favoritos.
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