22 de marzo de 2008

Herida Abierta (I)

La lluvia empapa mi pelo, mis ropas, mi piel... Las gotas se deslizan por la espalda hasta hacerme sentir escalofríos. Camino junto a Mariano y  Paco en silencio. Ellos charlan y charlan sin parar sobre Don Lorenzo y su estúpida decisión de alejarnos del caso y darnos un par de días libres. Apenas les escucho. Mis pies chapotean en el agua mientras subo los escalones de la corrala hacia casa de Paco. El sonido de la lluvia resuena en mis oídos: "Parece que va a llover significa que me quieres? Me lo dirás cada día?" Me detengo frente a mi puerta y aspiro hondo el humo de mi cigarrillo. "Cada día". Recuerdo su sonrisa aquel día, su pelo humedeciéndose bajo la lluvia, las gotas deslizándose por su rostro, por su boca. Jamás la había visto tan bella como aquel día y es esa imagen con la que me duermo cada noche. Esté donde esté, la lluvia y Sara forman parte de mi ser.

Me parece que fue ayer, que fue hace un instante. "Va a caer un chaparrón que lo va a arrasar todo". Me acerco a la barandilla y apoyo ambas manos en ella embriagado por el dolor de los recuerdos. Me tiemblan las piernas y las rodillas apenas aguantan mi peso. Temo llorar y que mis lágrimas se pierdan en la lluvia tal y como la perdí a ella. "Te lo diría cada día si me dejaras Sara... Si quisieras darte cuenta de lo que sientes..." Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que sentí el calor de sus besos que el frío parece haberse adueñado de mi corazón en estos seis meses. Tengo miedo. Oigo que Paco abre la puerta de su casa y un temor inhumano se apodera de mi. Ella está allí y ya no me quiere.

Respiro hondo y sigo los pasos de Mariano hacia la casa intentando mantener la calma. Pero allí está, más guapa que nunca... más lejana que nunca. Su pelo, ahora más corto, roza sus hombros, su piel... la piel que tantas veces acaricié en el pasado. Mi niña ya no es esa niña. Sus gestos son calmados y su mirada tensa, capaz de cortar el alma con un cuchillo. Nos miramos un segundo y noto la cuchillada mortal que me destroza por dentro. Apenas tengo fuerzas para moverme. Logro articular un "hola" y noto que alguien me quita la chaqueta de las manos. Ella sigue enfrascada en sus libros o, al menos, eso quiere hacernos ver...

Está nerviosa, incómoda. Opto por dejar de mirarla y sentarme en el sofá... pero es inútil. Me detengo en cada detalle de su rostro, de su pelo, de su cuerpo... Miro como sus manos sujetan el bolígrafo e intento recordar como esos mismos dedos se enredaban en mi cabello cada noche. Pero ella no quiere mirarme... no puede. Y sus cuchillos siguen en alto, dispuestos a asestarme una puñalada letal.

No me acuerdo de donde estoy, ni lo que digo, ni lo que hago. Sólo se que el amor de mi vida está frente a mi y que no se atreve a mirarme. Sólo sé que odio mi vida por haber sido tan estúpido de dejarla escapar. Sólo se que sin ella no soy nada... y que si no suena el teléfono pronto y oigo su voz mi corazón se morirá para siempre. La miro con disimulo y concentro toda mi fuerza y mi amor en ella. "Sara, te quiero, mi amor, mírame, sé que me quieres, mírame por favor". Pero es inútil... ya todo es inútil. "Me voy a mi cuarto a estudiar".

Estoy acabado y tengo su cuchillo en mi corazón. Apenas puedo respirar. La observo levantarse despacio, miro su cintura, sus piernas, su pecho... Contemplo su perfección y siento como la agonía se apodera de mí. Quiero gritar y decirle que la amo con todo mi ser... "Sara... mi niña... te quiero, te quiero tanto". Su cuerpo se aleja y sólo su espalda parece mirarme. Lo intento de nuevo, como aquella vez en mi primera visita a casa de Paco tras romper con ella... Fue a coger un simple libro pero se llevó mi corazón con ella, con esa última mirada.

Sigo con mis ojos como su rizos se mueven al compás de sus pasos... y entonces se da la vuelta y, gracias a dios, son sus ojos, y no su cabello, lo que contemplo. Su mirada se cruza con la mía en un instante "Lucas, ¿por qué no puedo olvidarte?... " La oigo, la siento y quiero correr tras ella para obligarla a que no me olvide. Pero sus cuchillos me paralizan, me bloquean los sentidos y la veo alejarse de mi, de nuevo,en busca de otro con el que soñar.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosooo :)

Cintia Fernández dijo...

Por dios, qué bonito y qué real!! Me encanta, me encanta!! PRECIOSO!

vicky dijo...

precioso me encanta tu forma de relatar esa realidad sobre todo el principio como describes la lluvia y los recuerdos, me he imaginado la escena y es preciosa ojala la huvieran pensado los guionistas.
Un besazo wapa sigue asi.

Anónimo dijo...

"Ella está allí y ya no me quiere".
"Sólo se que el amor de mi vida está frente a mi y que no se atreve a mirarme".
"la veo alejarse de mi, de nuevo,en busca de otro con el que soñar".
Me has hecho polvo con estas tres frasecitas. Tengo toda la piel de gallina. Eso es exactamente lo que vi en la mirada de Lucas en el capítulo 62. Eres genial.

Laurana Majere dijo...

Pero qué preciosidad de texto!! es exactamente lo que pasó en el último capítulo que vimos (no el especial), cuando Mariano estaba obsesionado con ser una torre y Lucas un alfil y le pide a Lola que le traiga una manzana. Mientras todo eso ocurría la tensión en el ambiente entre Sara y Lucas podía cortarse con un cuchillo, y para Lucas sólo existía Sara.
Ayss, de verdad, muy muy bien contado!!

G.Montse dijo...

Los sentimientos de Lucas que has expresado,los he sentido en mi estomago, y hasta ganas de gritar y llorar he sentido a medida que leia. Eres una excelente escritora, seria una fiel lectora de tus obras si pensases ganarte la vida de esta manera jejejeje , sigue asi... soy una fiel lectora de tu blog, aunque es primera vez que me atrevo a escribir...saludos

Anónimo dijo...

En el decimoséptimo cumpleaños de Sara, Lucas la invitó a pasar la noche en un hotel, con tan mala suerte, que se vieron envueltos en una trama de corrupción policial y Paco y toda la familia acabaron enterándose de su relación. Al final de esta trama, Sara se vio obligada a elegir entre su padre y Lucas, haciéndole mucho daño a uno de ellos.

María dijo...

Casi siempre que te escribo te lo digo, me encanta como escribes, se nota tu profesiòn y el amor puro por la pareja.

Son palabras duras pero hermosas. Pobre Lucas, creo que has sabido plasmar a la perfecciòn sus sentimientos, su dolor y el nuestro.

Gracias por estos raticos que nos haces pasar Mylo.
bssss

Siempre mirando al cielo

Siempre mirando al cielo
Mylo

Todas las gotitas que mantienen viva mi esperanza...