19 de noviembre de 2007

Sal dulce (I)

Me encuentro en una playa desierta. Sólo escucho el sonido de las palmeras mecidas por el viento y el rumor de las olas al romper en la orilla. Pequeños granos de arena me hacen cosquillas en los pies a medida que los entierro más y más profundo.

Está atardeciendo y el sol comienza a rozar el horizonte con su luz anaranjada. Casi me ciega. Entrecierro los ojos y miro al mar. Allí está él. Suspiro profundamente y le observo con detenimiento. Sus brazos sobresalen por la superficie, una y otra vez, en una brazada rápida y perfecta. Nada en paralelo a la orilla. Lleva en el agua sólo quince minutos pero ya le echo de menos.

Parece escuchar mis pensamientos porque tras sumergirse por completo en el agua, emerge apenas a tres metros de la orilla creando a su alrededor un sin fin de burbujas. Saca la cabeza a la superficie y la sacude de un lado al otro despidiendo pequeñas gotas de agua que reflejan la luz del atardecer. Cientos de mariposas recorren mi estómago al verle. Abre los ojos y me busca con la mirada. Me encuentra y sonríe. Mis labios le devuelven el dulce gesto y me levanto a su encuentro.

La arena está aún caliente. Camino hacia el inmenso océano sin despegar mis ojos de él. El agua salada recorre su cuerpo semidesnudo hasta caer, gota a gota, a través del bañador. Mis pequeños pies rozan el agua y un escalofrío recorre mi espalda. Un paso más, otro. Y lo tengo frente a mi, quieto, mirándome. El viento mesa mi pelo rizado por la sal del agua mientras golpea tenuemente mi espalda. "Hola princesa", susurran sus labios. No puedo evitar sonreír. Doy otro paso hasta que las gotas de su flequillo caen sobre mi nariz y mi boca, a escasos centímetros de la suya. No sabe si tocarme. Está frío y teme mojar mi piel ya tostada por el sol. Le sonrío y poso mi mano sobre su corazón, ahora templado, mientras siento sus latidos bajo las yemas de mis dedos.

Saboreo la gota de agua salada que recorre mis labios atrayendo así su mirada hacia ellos. Me acerco más y apreto mis labios contra los suyos. Sal dulce. Siento sus manos ya calientes alrededor de mi cintura y el tacto de su piel bajo mis manos. Su pecho, sus hombros, su cuello, su pelo mojado. Lo atraigo hacia mí y le beso con fuerza hasta que mi lengua roza la suya.

El sol se filtra entre nuestros rostros mientras duerme en el horizonte. Apoyo mi frente contra la suya y él, como tantas otras veces, me la besa lentamente... Cuántos recuerdos. Mi primer despertar. Nuestra primera noche juntos y ahora aquí. "Madagascar, África, me gusta". Sonrío y él me mira con curiosidad. "¿Ves que juntos podemos hacer lo que queramos?, murmuro a su oído. Él me besa el cuello y me abraza con fuerza. Cierro los ojos y respiro su aroma.

Poco a poco se despega de mi y coge mi mano con ternura hasta dirigirme a nuestra enorme hamaca. La rodea una sábana blanca, casi transparente, que él retira con suavidad para recostarme sobre ella. Se tumba mirando al cielo, junto a mi y sin soltarme la mano me trae hacia él. Le beso una y otra vez con suavidad hasta acabar sobre su pecho. Escucho sus latidos y el sonido del mar. Un ritmo único que resuena en mis oídos. De nuevo, cierro los ojos. Y, de repente, silencio. No hay mar, no resuenan las hojas de las palmeras. Pero sí noto su calor en mi mejilla. Su aroma. No quiero abrir los ojos y los apreto con fuerza. Antes de que me de cuenta, unas manos fuertes me sujetan de los pies y los brazos y me colocan sobre algo blando y estrecho.



Escucho sirenas y voces que me llaman. No puedo abrir los ojos pero tampoco huelo la sal del mar. No noto su calor en mi mejilla. "Lucas, ¿dónde estás?, Lucas, Lucas...".


CONTINUARÁ...

5 comentarios:

Lestat dijo...

hola mylo. me encanta tu blog me lo he leido de arriba a abajo en dos dias y es increible. muchas gracias por este espacio. 1beso

Anónimo dijo...

IDEAL...
IDEAL LO QUE HAS ESCRITO...
IDEAL QUE PASARA...

GEMA.

Anónimo dijo...

hola mylo... hace tiempo que sigo tus notas en el blog, y me encantan, pero hasta ahora nunca había escrito nada. esta entrada ha hecho que me anime a hacerlo... ójala y ese fuera el inicio de la nueva temporada ¿no? un sueño que se topa con la realidad, pero bonito mientras se tiene en la piel. gracias por hacernos imaginar momentos así, tanto en nuestros niños (lucas y sara) como en los momentos mágicos propios que cada uno desea realizar día a día... gracias.

Cintia Fernández dijo...

Pero qué bonito, de verdad.

Me gusta sobre todo esta parte:

Cuántos recuerdos. Mi primer despertar. Nuestra primera noche juntos y ahora aquí. "Madagascar, África, me gusta". Sonrío y él me mira con curiosidad. "¿Ves que juntos podemos hacer lo que queramos?, murmuro a su oído.

Precioso, precioso.

Mylo dijo...

Me hace tanta ilusión que os guste... jo, lo hago con todo mi corazón. Creo que una parte de mi se ha creado un principio de temporada paralelo por si estos guionistas la vuelven a fastidiar!

Siempre mirando al cielo

Siempre mirando al cielo
Mylo

Todas las gotitas que mantienen viva mi esperanza...