Dulce como el Margarita de fresa

A la derecha Nur, a su lado YO, conocida como Mylo. Qué sorpresa, ¿verdad? La vida es así. Cuando menos te lo esperas te sorprende, chas! Y te dibuja una sonrisa durante una noche entera. Ella y yo nos conocimos hace unos meses en el foro de Hugo Silva. Hubo 'feeling', química. Conectamos. Nos entendimos. Era como si viéramos la serie a través de la misma mirada. Fue entonces cuando dejé de sentirme sola. En algún lugar del mundo había alguien que lloraba, sufría, reía y se ilusionaba por esta pareja. Y lo hacia como yo, dándolo todo. Resultó que esa personita no estaba al otro lado del charco ni a cientos de kilómetros. Estaba en Sabadell, digamos que a una media hora en tren de donde vivo, Barcelona. Deliciosas casualidades.

Tras varios mensajes los miércoles después y durante el capítulo decidimos "formalizar" nuestra amistad cibernética/sms. Hubo un par de intentos fallidos de quedada por mi culpa. Pero, finalmente, el viernes logré zafarme del curro y quedamos para cenar. La Mafia fue nuestro lugar de deleite. Hablar así, mirando a los ojos y viendo a la persona era raro. Muy raro. Pero también especial. Sentía una comodidad incómoda. Era como si la conociera de toda la vida pero durante todo ese tiempo hubiera estado con los ojos cerrados. Conocer y descubrir al mismo tiempo. Sorpresas, muchas sorpresas. Es dulce, muy inteligente, muchísimo, y con un don para la palabra escrita. "tienes que leer más" fue mi consejo. Espero que lo siga porque entonces será más buena aún si cabe.

Hablamos de los Pacos, claro, de Lucas y Sara, por supuesto, pero sobre todo hablamos de sentimientos, dolor y frustración. Nos desahogamos de lo lindo tras el jarro de agua helada del miércoles, recordamos aquello que fue y compartimos dudas. Aún así, también hubo mucho más. Familia, amigos, estudios, personalidades... Nos conocimos y descubrimos disfrutando de un margarita de fresa. El mejor del mundo. Y allí, sentadas en dos sillones, nos sentimos cómodas y capaces de hablar de cualquier cosa. De todo. Del nombre de mi perro, de mi hermano, de su mesa de ordenador y el portátil de su padre. Nur es puro encanto, sosiego y dulzura.

A la 1.30 de la madrugada hubo despedida y tierno abrazo. Promesas de volver a vernos. Que así sea. Y para aquellos que nos digan frikis, gordas y sin vida social, pues vale, pero como bien dice Nur en su blog (http://te-imaginas.blogspot.com/) ojalá me encontrase más frikis así en mi vida.


Os aseguro que sería mucho más feliz.