Ozú! Qué caló!

Lo he visto. Ni cena, ni cine, ni nada. Hice lo posible para tener plan esta noche y evitar ver el capítulo. Fue imposible. El destino quería que lo viera y lo acepté. Era miércoles y tenía una cita. Me senté frente al sofá sin mi adorado cojín (estoy de vacaciones con mis padres) y comenzaron los dichosos nervios en el estómago. No era ilusión ni esas cosquillitas que salen cuando sabes que vas a ver algo o a alguien que te gusta. Era miedo. Un pánico horrible a lo que mis ojos pudieran ver esta noche. Esa puñetera lluvia... No me veía con fuerzas para soportarlo.



Lucas:Son las 2 de la mañana y siguen estos 33 malditos grados. Es como si el aire se hubiese quedado parado en Madrid, en San Antonio, en nuestras vidas... Sara, tenemos que salir de aquí, romper con todo, o nunca conseguiremos estar juntos...

Sara: ¿Para qué ha servido que estuvieses un año callado, Lucas? ¿Para qué todo este silencio si ahora me vienes con dos billetes para Madagascar? Ni siquiera sé por qué estoy pensando en irme, ni siquiera se si allí es verano o invierno...

Lucas: Llevo toda la vida esperando; esperando a cerrar el caso uriarte, esperando a que Sara cumpliera 18, a que Paco aceptara lo nuestro...y estoy harto. No voy a renunciar ni un segundo más a Sara... Si no es en San Antonio, será en Madagascar.

Sara: Esto no es un regalo de cumpleaños, Lucas... ¿Por qué me estas haciendo esto justamente ahora? ¿Por qué me obligas a elegir?

Qué comienzo. Qué intensidad. Esa voz en off de Lucas... el calor sofocante y su cerveza... Dios, ha sido genial. Y esa imagen de Sara en primer plano con el ventilador... y las conversaciones que se funden unas con otras... como si fueran mensajes con voz... Muy intenso, de verdad. Sólo por ese principio mereció la pena ver el capítulo. ¿Qué puedo decir de Sara? Pues que tiene toda la razón... TODA. Un año sin soltar ni prenda y ahora le regala dos billetes a Madagascar. Sí tito, golpe bajo pero certero. Ella ha construido una nueva vida en 365 días, el viene a romperla con un “Parece que va a llover” y dos billetes a Madagascar. No es justo y, con razón, la niña tiene dudas. Aitor le ha devuelto la ilusión y ha estado con ella cuando Lucas andaba perdido con sus aventuras... Sara se ha sentido sola y el pollo ha estado ahí. Me hubiera gustado muchísimo que hubiera sido otro actor, cualquier menos Mario Casas porque sigo sin tragarme su personaje, pero no ha sido así y me tendré que fastidiar porque la realidad es esa...

Sara duda por ego, porque le jode haber estado un año en la sombra para que venga Lucas ahora a quitarle la sombrilla. Mi enamorado se justifica con Uriartes, Carlotas y memeces varias... Y claro, una vez solucionada la trama puede dedicarse a lo que más quiere: Sara. Ya... pero las cosas no funcionan así, hay que estar para las duras y las maduras y coño, las putas tramas policiales siempre afectan a la relación con su niña y no puede ser... Él tiene que estar ahí siempre y no sólo cuando le sale de la punta del capullo. Paco lo dijo “eres un puto descerebrao y te quiero. Pero no te quiero para mi hija”... Parte de razón tenía por mucho que me duela decirlo. Lucas no está bien, ha sufrido demasiado con la muerte de su padre, la aparición de Carlota, la traición de Escobar... Por eso, Lucas y Sara tienen que estar juntos pero ahora, cuando todo se acabe, cuando Uriarte se muera y también Escobar... Ahora es el momento y no hace dos meses ni dentro de dos años. Es ahora o nunca. Porque si Sara elige a Aitor podemos darnos por perdidas. Estoy segura de que Lucas tirará la toalla.




Flashbacks y más flashbacks. Lo sabía y sé que no hacen falta pero gustan... y mucho... a veces son necesarios al menos para que recordemos lo que fue y que no estamos locas... que estos han vivido la mejor historia de amor de la puta televisión y que nada ni nadie los gana. Ni gofres, ni rosas ni organillos! Preciosa imagen la de la cocina. La niña a dos bandas y ese montaje de imágenes que nos quitan el sentío y nos dan ganas de llorar. Y lo vemos.. lo sentimos... notamos que Sara se estremece con los recuerdos con Lucas y se apena por los de Aitor... Porque siente eso, pena, pena por haberle dado esperanzas a alguien y vergüenza por no saber cómo decirle que elige al amor de su vida. Es así de simple.

El manguerazo. Cruel, bonita escena pero muy cruel. Todo iba bien hasta que abrió la boca el pollo.. ni que estuviera llamando a las cabras!!! Es un puto payés! Que palurdo por dios... no se puede ser más garrulo...buf... que venga alguien y me diga que aparte de payaso y hacer reír, qué cojones le ha visto Sara??? Y bueno, la cara de ella pidiéndole que no le suelte ni se separe ni cinco centímetros..."Quiero que me traigas lluvia todos los días"...BOOOOOOOOMMMMM!!! Hija de puta... eso fue lo que le puse a Nur en el mensaje hablándole de Sara... Y lo siento por Lola pero cómo puede decirle eso???? está claro que la niña está abducida porque sino no hay quién lo entienda... Y sí! lo sabía! el momentazo iba a ser interrumpido por un sms de Lucas... No hay manguerazos que valgan... cuando el amor llama todo se detiene.

El Parque. Buuuuuuuuufff, qué miradas... ya podía haber bajado del coche y acercarse a ese banco donde se dieron el primer beso... porque era ese el banco y no otro... era el parque donde ambos se miraban en la distancia cuando iban con Coque y Silvia, respectivamente... era ese lugar donde el tito aparcaba en coche para llevarla al cole todos los días... Cruce de miradas. Precioso. SMS. Más precioso aún pero, como siempre, el pollo aparece en escena y la niña también. No es tonta. Sabe que Lucas la mira y se regodea. Sonríe, besa al pollo y le hace carantoñas. Mira de reojo a Lucas y está incómoda. Es entonces cuando me doy cuenta de que joder! Aitor y Sara son novios, NOVIOS, y que Lucas lo sabe. Llamadme imbécil pero caí hoy y me dije... ui... esto me gusta. Lucas está celoso y aunque esté Carlota no quita ojo a la parejita. Lucas se va de San Antonio y está seguro que con ella...Uffff, temo que si ella se niega él tire la toalla para siempre. Sigo teniendo miedo.

Empotramiento II Parte. No puedo explicarlo. Hoy soy incapaz. Lucas abre la puerta y se dirige a ella sin miramientos. No intercambian ni una palabra. Ella no se lo cree. yo tampoco. El tiempo se detiene. También mi corazón. Comienzo a sollozar, a llorar de emoción y de alegría con cada beso, con cada caricia. Mi mundo se llena de agua... la tormenta entra por mis ventanas... es un sueño, no puede ser verdad... y tengo razón. La cara de Aitor. AHHHHHHHH! Se me cortan las lágrimas de golpe y grito: MIERDAAA! NO JODER! CABRONES!! No, no y no...




Se intercambian empotramientos...pero agudizo la vista y lo veo... Sara no besa igual a Lucas que a Aitor... no hay química entre ellos, tampoco la había en la declaración en el concierto de Pignoise o con la manguera... Que no nos engañen porque sí lo había en el coche cuando Lucas salva a Sara de las carreras ilegales... o en el video... o en el banco... o en los Cachis... en todo el puto mundo. Eso es amor y no lo que le da el cabrero de las narices. Cuando besa a Lucas lo siente, lo desea, quiere que esté ahí pero cuando abre los ojos y ve a Aitor se queda asustada... y es a él a quien quita de la cama!! Inciso: casi me muero cuando veo a mi Lucas bajar al pilón... uf... dios... pero bueno, quizá dedique un post entero a este momento. Ah! Otro inciso: en el resumen final justo cuando Lola dice "no podemos dejarnos llevar por los sentimientos" aparecen Sara y Lucas besándose... Juuuur, muuuy bien. Ah! ¡Al fin Sara ha cambiado de sujetador! Del rojo pasión al violeta de topitos blancos... Ya pensábamos que con el sueldo de Inspector Paco no tenía ni para comprarle braguitas a la niña... Supongo que el momentazo lo requería... aunque sólo fuera un sueño/pesadilla para todos.

¿Quién es el puto descerebrado ahora después de la paliza del niñato a Lucas? Ayyyy, el niño está más que jodido porque Sara ha ido a explicarle lo de Madagascar y biiien, no le ha dicho nada de irse a Asturias. Eso sí, a mí esas miraditas de tristeza me han dado mal rollo... Me da a mí que la niña se decantará por Aitor...AYYYY. Sólo me queda la esperanza que cuando le abrace a él al final de temporada sea el propio Aitor tras estar todo el capítulo que viene con Lucas, el que diga que no ... que no quiere... Puede que se de cuenta de lo mucho que Lucas quiere a Sara y viceversa... puede que él mismo se joda y sea quien se la entrege a Lucas... o quien la lleve al aeropuerto en la minimoto... Puede que.. joder... sé que es soñar demasiado pero el amor siempre gana, no? Eso es lo que me decís siempre... el amor triunfará... y yo, que sigo pensando en los mensajes subliminales... Lucas con la camiseta del pijama que en la espalda pone 18... ayyy.... esas seis cajas con archivos frente a esas dos de Aitor... ayyyy...

Perdonad el lío de entrada pero hoy estoy... atolondrada... demasiadas sensaciones y paranoias mentales... quizá mañana tenga la cabeza más amueblada... Sólo puedo pedir que Aitor se pire con Carlota a buscar conchitas a Asturias y que nuestra niña haga las maletas... es la única forma de arreglar el destrozo de serie que han hecho en las dos últimas temporadas. Porque, puñalada tras puñalada los guionistas se están ganando con creces que la audiencia baje en picado la próxima temporada. Pero bueno... como ya dije en su día: “A cada cerdo le llega su San Martín”... y todo acto tiene sus consecuencias. Así que vayan echando mano los productores de nuevas fórmulas televisivas porque si se cumplen mis pronósticos, el Sr. Botín publicitará su banco de los cojones en Hospital Central.

Sólo nos queda soñar.. y confiar en que arreglen este desaguisado... Ellos lo saben. Con el sueño húmedo de Sara se han ganado el cielo... con un buen final se ganarán una audiencia descomunal para el resto de sus vidas.

Antes de que se me olvide... Gracias a Iván Escobar y Marc Cistaré por volver a mojarnos con esas chirivitas que crearon en la segunda temporada. No os vayáis nunca.