3 de mayo de 2007

En llamas

No tengo ni la menor idea de la hora que es. El reloj de mi portátil marca las 2:32 de la madrugada pero yo ya he perdido el sentido del tiempo. Porque ahora los minutos no cuentan. Sólo el corazón y las palabras que él bombea. Me he sentado en la cama y tengo el ordenador en las rodillas. Escucho a Antonio Orozco y he apagado la luz. La oscuridad me ayuda a pensar. La música a sentir.


No quería ver la tele, no quería chatear. Ni siquiera he escrito más de dos mensajes en el foro. No quería estar. Ni pensar. Sólo soñar. Sólo sentir. ¿Qué siento ahora? Hago una pausa, miro la pantalla y medito. Un sabor agridulce inunda mi boca del estómago, cerrada con un fuerte nudo desde hace horas. Un nudo que apenas me deja respirar. Que apenas me deja tener fuerzas para mirar al cielo.


Pero no quiero filosofar que entonces me entristezco aún más y quiero compartir esto con vosotros. Hoy estaba sola en casa. Tras el capítulo y sin la esperanza del avance le eché un vistazo a los foros, a “el otro lado” y “hugosilvaweb”. Mis dos referentes. Allí estaban todas y todos, truji, semprecine, beam... Estaban todos, y con ellos mil sensaciones y pensamientos que compartir. Unos decían lo contentos que estaban con el capítulo, que la escena del coche había sido sublime y que demostraba con creces que el amor triunfaría, que Lucas estaba enamoradísimo de Sara, que sus palabras encerraban un amor a gritos. Otros no pensaban lo mismo. Incrédulos que, como yo, escuchan más allá de las palabras, ven más allá de las imágenes. Que sienten, como ellos, como Sara y Lucas.


Yo, al contrario de los positivos, me quedé pálida. Y también mi corazón. No sé explicar por qué, y seguro que os preguntaréis cómo es posible algo así si no hay nadie más positiva que yo. Es más, mi blog se llama qué llueva, qué llueva... Pero hoy no. Esta noche he visto el miedo en los ojos de Sara, he visto a un Lucas ido, desesperado. ¿El amor es así? Me he preguntado. ¿Puede el auténtico amor hacer temblar de pavor a la persona que se ama? Sara tenía miedo, pero no a que Lucas pudiera hacerle daño. Sabe que es incapaz. Pero sí tenía miedo a ese Lucas, a ese ser al borde del abismo que se abalanzaba sobre ella, unas horas después de que ella misma le dijera que se acabó. Unos días después de que, en ese mismo sofá, besara a Escobar. ¿Qué es el tiempo entonces cuando se ama? Horas, minutos, segundos. El reloj no existe para ellos. Tampoco para mí. Y me duele. Porque no vale hacer sufrir así. Ni siquiera cuando el amor está por encima de todo. No es justo.


Cuesta entender. Ni yo misma me entiendo. Los dedos van más rápido que mi propia mente y sólo recuerdo ese coche, ese espacio claustrofóbico donde no cabían tantas palabras no dichas. Tantos silencios. “Está muerto, muerto del todo”. Con eso basta. Sea verdad, sea mentira. ¿Qué importa? ¿Vio Lucas los ojos de Sara entonces? ¿Vio como luchaba con todas sus fuerzas para que las lágrimas no corrieran por sus mejillas? ¿Vio de nuevo su temor? ¿Su dolor? De nuevo Lucas se volvió ciego. Ciego y cruel. Quiso ocultar su crueldad con la generosidad de darle una oportunidad a su niña con Aitor, con un chico de su edad. No lo consiguió. Fue cobarde. Cuando se ama, se lucha. No vale tirar la toalla y él ya lo ha hecho demasiadas veces. Sara, de verdad, sólo una.


No puedo mirar al cielo. No puedo. El nudo en el estómago me lo impide. Lucas. ¿Por qué? Qué es eso de admitir que no estabas enamorado de Escobar. ¿Qué importa? ¿Querías disculparte frente a Sara? Por no creerla, por ridiculizarla y perderla... No bastan disculpas. Tu ex mató a Bernarda, a tu padre y te hubiera matado a ti si el pollomoco no hubiera aparecido. Si querías demostrarle a Sara que sigue viva en tu corazón porque no la miraste a los ojos para decirle que ella ha sido y será tu primer amor. Tu niña. A la que le prometiste que todos los días le dirías que la querías. Aquella por la que te enfrentaste a todo su mundo, la única mujer a la que has amado de verdad en tus años de existencia.


Sara, pobre Sara. Así no se construye el amor, así no. A veces cuando se sufre tanto ya no queda lugar para amar. Todo se contamina, se pudre, todo desaparece. Se quema. No quiero que la historia de amor más bonita que he “vivido” jamás muera en las llamas. Creo en el verdadero amor. Yo misma lo siento. No voy a permitirlo. Y si tengo que escribir cada día en este blog para desahogarme y soñar, lo haré. Porque soñar es gratis y la vida demasiado gris como para no refugiarse entre estas líneas.


Creo en Lucas y Sara. Pero también creo que su amor puede arder. Esperemos que la lluvia apague las llamas. Aún así, no nos obliguéis a recoger sus cenizas. Duele demasiado.

Un abrazo enorme. Mylo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No podría haberlo expresado mejor ni yo misma, porque todo lo que has puesto es lo que se me pasa por la cabeza desde anoche.

Pero tenemos que confiar en que de alguna manera lo van a solucionar. Que se han querido tanto, y se quieren tanto, que no puede acabar así. Van a conseguirlo.



Cintia -

Aurora dijo...

Madre mia me encanta tu blog, que buen trabajo mylo

Anónimo dijo...

ola!! me encanta tu blog me encanta como escribes las cosas bueno me gusta todo!!eres la mejor a mi tambien m quema esto yo me enganche a los hombres de paco en fdf y esta es la 1º temporada que sigo y me quema porq que me hubiera gustado poder ver las antiguas temporadas que fueron las anteriores como estoy viendo esta ya que no es lo mismo que verlo en reposiciones , el amor de lucas y sara me encanta y tarde o temprano acabaran juntos por que lucas la va a recuperar porque sara no le ha olvidado !! o me vas a decir que esas lagrimas eran por nada!! que lucas se ponga las pilas y que vuelva a ser to komo antes y asi podre ver una temporada en condiciones

Mylo dijo...

Y a mí me encanta hacerlo chicos... de verdad, es mi válvula de escape, mi refugio.
Gracias por vuestros mensajes, me ayudan a escribir cada día com más ilusión.

Anónimo dijo...

yo, tambien estoy en llamas, por todo lo que les esta pasando, deseo que caiga de nuevo una tormenta sobre ellos y nosotros de nuevo,
NANI.

Siempre mirando al cielo

Siempre mirando al cielo
Mylo

Todas las gotitas que mantienen viva mi esperanza...