¿Dónde estás?

¿Qué ha sido de tí, Lucas? Miro a mi alrededor pero no te encuentro. Te busco incesantemente por todos los rincones de mi mente y cuando al fin doy contigo, te encuentro tumbado en el sofá, dormido, soñando con una vida que tuviste pero que sabes que no podrás tener.

Abres los ojos y me miras, pero no te reconozco. No sé quién eres. Sigues con tu mirada en mis ojos, en mi boca, en mis lágrimas, pero no te mueves, porque ya no eres tú. O quizá no quieras serlo. No te entiendo... Sabes que no existo, pero me ves. Piensas que es un sueño, pero me sientes. Oyes la voz de Sara que charla alegremente con Aitor en el patio. La escuchas reir y dedicarle a ese niñato palabras que antes eran tuyas, de los dos, y que ahora se han perdido para siempre. Te sientes triste, desolado, solo... pero no haces nada. Tu hermana/novia postiza duerme en la habitación de al lado pero estás solo.
-"¿Estoy haciendo lo correcto?". Me dices con el pensamiento.
-Yo niego con la cabeza y te cojo la mano con fuerza. "¿Qué me dices de Sara? Porque te quiere Lucas, lo sabes. Lo sientes en cada mirada, en cada gesto que te dedica. Vuestro amor está en sus ojos al igual que en los tuyos. Así que ¿por qué te empeñas en mirar hacia otro lado? Lucha por ella Lucas"
-"Pero ella se merece ser feliz con Aitor... y parece feliz."
-"No te engañes Lucas. Tu sabes mejor que nadie dibujar la felicidad en el rostro de tu niña. La hiciste la mujer más dichosa del mundo y todo, en sólo tres meses. La conoces, y ella te quiere más que nunca lo que pasa es que está dolida. Se resiente de tus desplantes cuando volviste a casa de Mariano, de tus malos modos, de que le repitieras incesantemente que ella ya no era nada para tí, que no la querías. A ella le duele tanto que le restregaras en la cara lo feliz que eras con Escobar, verte besarla, cogerla de la mano... Pero, sobre todas las cosas, le dolió tu desconfianza, que no la creyeras cuando te dijo que esa siesa no era de fiar y que encima la llamaras niña celosa. Ella sólo quería lo mejor para tí Lucas, quería prevenirte y quizá, si le hubieras hecho caso, tu padre estaría vivo..."
Lucas está llorando. Se tapa el rostro con las manos y se agita en espasmos de dolor que me provocan un nudo en la garganta. Yo no puedo llorar, no quiero que me vea la tristeza que está haciendo mella en mi con cada lágrima de sus ojos. Le quiero sí, pero le quiero con Sara, con mi niña.
-"He sido un cobarde, un jodido cobarde!!" Se levanta del sofá y comienza a dar patadas a lo que encuentra. Está ido, como loco. De repente, fuera comienzan a escucharse truenos. Lucas se detiene y yo me acerco a la ventana. Él me sigue. Sara y Aitor siguen en el patio pero no nos pueden ver. Aitor le está hablando y rie sin cesar. Ella ya no lo hace. Está con la mirada perdida en el cielo. Una mirada triste. Puedo ver como las lágrimas se acumulan en sus ojos. Mira hacia nosotros pero logramos escondemos antes de que nos vea.
Sara vuelve a mirar al cielo y da un paso al frente con las manos estiradas. "Quiero que la lluvia me abrace como lo hacía Lucas" piensa. Yo la oigo, pero no Lucas. No hace falta. Las primeras gotas de lluvia caen sobre sus dedos resbalando a través de sus manos hasta caer al vacío. Aitor la llama sin cesar "Sara, ¿me escuchas? Sara?" Pero ella sólo oye el eco de su voz en la distancia. Lucas continua mirándola por la ventana. Ella, poco a poco se acerca a la barandilla y las gotas de lluvia empiezan a empaparle la piel, la ropa, el pelo... Pero no sonríe. Sus lágrimas se funden con las gotas de lluvia y Aitor, parado a dos metros de ella se da cuenta de que Lucas les observa. Le reta con la mirada pero ya no puede con él. Observo la escena con ese nudo en la garganta que apenas me deja respirar. Poso mi mano en la espalda de Lucas y le beso en la mejilla hasta acercarme a su oído: "Nadie le puede dar lo que tu le das, Lucas, NADIE". Él me mira entre lágrimas y me abraza con fuerza. Los truenos retumban en el cielo. Cierro los ojos y me dejo llevar por su abrazo, por su olor... Cuando los abro Lucas está abriendo la puerta hacia el patio y mira a Sara desde el umbral. Ella está absorta en su lluvia y no siente como él se acerca poco a poco a ella hasta situarse a su lado. Estira sus manos hacia el vacío hasta rozar las suyas y mira al cielo, empapándose del amor que cae sobre ellos. Sara abre los ojos y le mira. Su rostro dibuja la sonrisa más bonita del mundo. La sonrisa de la auténtica felicidad. Lucas entrelaza su mano húmeda con la de ella y la trae hacia sí. Aitor está paralizado. Cuando logra desviar la mirada al suelo consigue dirigir sus pasos hacia la escalera. No mira atrás, sabe que ha perdido la batalla. Lucas y Sara se miran a los ojos. Ambos sonríen. Tienen las manos entrelazadas mientas la lluvia no cesa de caer sobre ellos. Él junta su frente con la suya y cierran los ojos. Ella comienza a temblar pero él ya lo hacía hace tiempo. Un trueno estalla en el cielo y ella se asusta. Lucas suelta su mano y la desliza desde la cadera, pasando por la cintura, el brazo, el hombro y su cuello hasta situarlo en el rostro de su niña. Mira su boca, sus labios que gotean con la lluvia y, es entonces, cuando la lluvia cae con más fuerza en San Antonio, cuando por fin , la besa. La trae hacia él con decisión y ternura hasta que cesa de temblar. Recorre sus labios con su boca, sus lenguas se unen y también sus cuerpos. La lluvia les convierte en uno. Ahora, todos, incluso yo que les observo desde el cielo, somos uno.
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¿Cuánto tiempo hace que no hablas con alguien de lo que sientes por Sara? Habla de ella, aunque sea con fantasmas, pero hazlo Lucas. Las palabras ayudan a no olvidar.

Creo que tengo una obsesión. Me despierto todas las noches, pensando en ella. En entrar en su habitación... en raptarla... y en partirle la cara a quien se ponga por delante.-(Bueno, eso suena bastante bien.)-No. No. Porque ella tiene diecisiete años, y es la hija de mi mejor amigo

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¿Sabes que no hago otra cosa que esperar?
Esperar a que tenga 18 años
Esperar a que Paco lo entienda
Esperar a que los demás dejéis de juzgarnos
¿Pero sabes que me pasa?
Que estoy loco por ella, loco, enfermo…

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Pues, que me estoy portando como un hijo de puta con la persona que más quiero Mariano...Ella es la razón por la que me despierto todos los días y también es la razón por la que no me quiero levantar... y sabes una cosa Mariano? yo también me despierto abrazado a un hueco vacío todas las mañanas.."